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Le piden dos años de cárcel por tirar un té hirviendo a la cara a su médica

La defensa pide que le absuelvan porque es consumidor habitual de estupefacientes.

León

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Un individuo con antecedentes penales no computables se enfrenta a una pena de dos años de prisión acusado de un delito de atentado contra la autoridad, tras lanzar un te hirviendo a la cara de una doctora que no quiso recetarle un medicamento más fuerte que el Tranxilium. La defensa solicita que se aplique la eximente del artículo 20.2 del Código Penal 2, que libera de la pena a quien «al tiempo de cometer la infracción penal se halle en estado de intoxicación plena por el consumo de bebidas alcohólicas, drogas tóxicas, estupefacientes, sustancias psicotrópicas u otras que produzcan efectos análogos que le impidan comprender la ilicitud del hecho o actuar conforme a esa comprensión». También propone la atenuante del 21.2 que se aplica cuando concurre la circunstancia de «actuar el culpable a causa de su grave adicción a las sustancias mencionadas».

Según el escrito de calificaciones provisionales, los hechos ocurrieron el pasado día 5 de mayo del 2010. El imputado estaba en el Centro de Salud de Pinilla y acudió a exigir a su doctora que le recetase un medicamento que la facultativa consideró que no era necesario.

«¡Hija de puta, voy a tener que quemar el centro de salud para que me hagan caso!» grito entonces, tras lo cual arrojó un te que acababa de sacar de la máquina y que estaba hirviendo. Esta circunstancia le produjo quemaduras de primer grado y una crisis de ansiedad, aspectos ambos de los que tardó en sanar 21 días, 15 de los cuales fueron impeditivos.

El Fiscal considera que el caso se trata de un episodio de atentado a la autoridad y una falta de lesiones, por los que pide respectivamente dos años de prisión y diez días de localización permanente, a los que se une una indemnización de 990 euros por las lesiones.

La acusación particular detalla más el relato de los hechos, aunque prácticamente solicita las mismas penas. Expone que el imputado entró a consulta y tras la negativa para recibir el medicamento se dirigió en los términos mencionados a la doctora.

Sin embargo, al acabar los insultos decidió sentarse fuera de la consulta a relajarse y mientras esperaba, siempre vigilado de cerca por un agente de seguridad privada, preguntó si podía pedir disculpas a la víctima.

Aceptar las disculpas

La doctora estaba escuchando los ruegos y decidió salir para aceptar las disculpas, momento en el que el procesado lanzó el vaso a la cara de la médica, que resultó con las lesiones que también describe el Fiscal. La acusación particular, que encarna la defensa de los intereses de la víctima, sólo modifica la indemnización que solicita, que se eleva a 1.052 euros.

Por su parte, la defensa alega que el acusado se encontraba bajo los efectos de los estupefacientes que consume habitualmente y por ello exige la libre absolución o que en caso de que se le declare culpable, se aplique la eximente mencionada y la atenuante referida.