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El incendio retrasa hasta final de mes la subida de la grúa

La exposición pública del expediente no se pudo completar.

El arrastre de la grúa a los turismos se incrementará más de un 40%.

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a. caballero | león
León

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La subida de las tasas por la retirada de vehículos por parte de la grúa no podrá ser efectiva como mínimo hasta el 19 de septiembre, si no se producen alegaciones. Medio mes más tarde de lo que tenía previsto el equipo de gobierno del Ayuntamiento de León, que esperaba que esta misma semana ya se hubiera podido empezar a pasar factura con las nuevas tarifas. Pronósticos que se han visto truncados por el fuego que el día 10 de agosto incendió el consistorio Ordoño II. Allí, estaba expuesto en el tablón de anuncios para comunicación pública el expediente de modificación de la ordenanza fiscal. Un imperativo legal que no se cumplió desde ese día hasta el 22 de agosto, cuando se restableció el trámite de exhibición, ya en San Marcelo. Nueve días hábiles que, como se refrendaba esta semana en el Boletín Oficial de la Provincia (BOP), tienen que recuperarse ahora.

La entrada a partir del 19 de este mes queda pendiente de que no se produzcan alegaciones públicas. En ausencia de estas quejas fundamentadas por el incremento, según establece la ley se dará por aprobada de manera definitiva la medida adoptada de manera provisional por el consistorio el la sesión plenaria del 26 de junio; en caso contrario, se tendrá que contestar a la alegación y el informe tendrá que pasar de nuevo por el Pleno, lo que haría que el incremento de precios no se pudiera hacer como muy pronto hasta la primera semana del próximo mes de octubre.

La subida hará que la retirada de turismos pase de 48 a 68 euros, un 41% más; que el precio para las furgonetas de más de 1.500 kilos llegue a los 110 euros, en vez de los 80,70 actuales; y que las motos tengan que pagar 20 euros, muy por encima de los 9,90 euros. Tarifas que se encuentran por debajo de la media de la Comunidad, como argumenta el equipo de gobierno. Unas sanciones que en los últimos años recaen sobre una media de 5.500 conductores al año, lejos de las 14.000 arrastres de 1998.