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Rouco apela a los valores de la Iglesia para combatir la crisis actual

El cardenal cerró ayer en León una semana de actos musicales de la JMJ.

El cardenal y el obispo, a su llegada a la Catedral, donde esperaba ya sentado el alcalde.

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manuel c. cachafeiro | león
León

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Media hora antes de la misa, cerca de 200 personas aguardaban ya a las puertas de la Catedral para escuchar al cardenal y arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, que ayer estuvo en León para clausurar una semana de conciertos del coro y la orquesta de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), fundados el año pasado en la capital de España.

El obispo de León, Julián López, fue el encargado de dar la bienvenida a Rouco Varela «a la sede de San Froilán, patrono de la Diócesis de León». «La JMJ es más que un hermoso recuerdo», añadió el prelado leonés al inicio de la misa, concelabrada por ocho sacerdotes y presbíteros y un obispo español en Brasil y con todo el boato de las grandes ocasiones. Al acto también asistió el alcalde de León, Emilio Gutiérrez, acompañado por el concejal de Cultura, Juan Pablo García Valadés.

Rouco Varela trazó su discurso en base a tres grandes ideas. La necesidad de acercar la Iglesia a los jóvenes, la música que no se puede entender sin su dimensión religiosa y la propia idea de Dios, como único camino para afrontar el presente y el futuro de una sociedad que vive asolada por una crisis no sólo económica sino de valores. «Los problemas del hombre no se solucionan con fórmulas económicas», concretó Rouco Varela en el inicio de su homilía.

A partir de esa reflexión, el cardenal y también presidente de la Conferencia Episcopal convinó las tres ideas para afirmar con rotundidad que la «verdad del Evangelio» debe tener una «profunda relación con los jóvenes». «La Jornada Mundial de la Juventud -añadió a modo de resumen- supuso para muchas personas una revisión de su idea sobre el estado de la Iglesia y de la relación de los jóvenes con la Iglesia». La celebración eucarística contó con la participación de 115 integrantes del Coro de la JMJ, dirigidos por Marina Makhmoutova, y de un grupo de músicos de la Orquesta, bajo la batuta de Borja Quintas.