Confederación ve «peligroso» para el puente que se derribe el azud

Desde el balcón de la pasarela que hay antes del puente de San Marcos se da con nitidez una de las panorámicas más buscadas de la montaña leonesa desde la ciudad. Una imagen que, con la selva del Bernesga en auge, ha desaparecido, pese a las reivindicaciones vecinales que advierten de que el estado del río acrecienta la peligrosidad de desbordes y deja una sensación de abandono. No es el único punto, rebasado el Área 17 se sucede un escenario similar en el que, incluso, la altura de las paleras engulle las pasarelas que hay frente al tanatorio y el Polígono 58. Aguas abajo, superado el puente de Los Leones, el impacto es menor, más acorde a un cauce urbano.

Una situación recurrente que la concejala de Urbanismo, Belén Martín-Granizo, propuso que se solucionara con el derribo del azud de San Marcos para que hubiera más velocidad de aguas, no se almacenaran tantos limos y el entorno vegetal se regenerara por sí mismo.

No se muestra partidario de este proyecto el comisario de Aguas de la CHD. «Eso habrá que verlo despacio porque nos podemos cargar el puente. El azud se hizo en su momento para proteger la cimentación, que está hecha con pilotes de madera, y si quitamos el muro podríamos dejarla al descubierto», advierte Julio Pajares, quien espera reunirse con la edil en los próximos días para estudiar toda la propuesta que el Ayuntamiento de la capital leonesa ha diseñado, tanto para el Bernesga como para la limpieza del Torío en el entorno de Puente Castro y la cuña fluvial.