Díez saca adelante la reorganización de sueldos sin el apoyo de medio grupo
Las cuatro concejalas relegadas rechazaron la propuesta y Pérez Lamo se abstuvo.
La reforma de interiores en el PSOE del Ayuntamiento se cerró ayer con la fractura acrecentada. Una división visible desde principios de mandato, incrementada con la salida de Francisco Fernández hace un año y que invirtió los papeles de mando después del congreso de la agrupación local, cuando José Antonio Díez se hizo con el liderazgo de la formación en la ciudad. Una posición que hizo valer para conseguir la portavocía del grupo hace dos meses. Un paso más allá, ayer completó la reorganización con dos gestos de autoridad: asume la dedicación exclusiva de 44.242 euros brutos al año, que sale de quitarle las dos medias que tienen hasta ahora Catalina Díaz y María José García, y recorta la presencia de sus críticos —las dos ediles citadas más Natalia Rodríguez Picallo y María Rodríguez—, quienes verán reducidos sus ingresos mensuales en el consistorio a la mitad. Una maniobra que provocó que las cuatro ediles votaran en contra de la decisión, sobre la que se abstuvo Agustín Pérez Lamo y que apoyaron el resto de sus personas de confianza: Susana Travesí, Vicente Canuria, Francisco Gutiérrez y Evelia Fernández.
El saldo dejó cinco votos a favor, cuatro en contra y una abstención. Un resultado que se traduce en que la mitad del grupo no le apoya, como sucedió cuando se votó la portavocía, aunque entonces todos los contrarios se abstuvieron. Pero además aporta un dato para el análisis: ninguno de los dos concejales que forma parte de la ejecutiva dirigida por Celestino Rodríguez —María José García y Agustín Pérez Lamo— refrendó el acuerdo, lo que pone en entredicho el respaldo de la dirección provincial del partido a Díez. «Soy secretario local nombrado por mayoría de la militancia, que es la que decidió el cambio de rumbo, pero todavía hay quien piensa más en mantener la herencia de Francisco Fernández», declaró ayer el portavoz del PSOE.
Desequilibrio que había
Díez mantiene que su decisión de asumir la dedicación exclusiva se debe a que «es lo que siempre ha pasado con el portavoz, excepto en la época de Miguel Alejo, que mantenía su sueldo de inspector de Educación»», y que además «compensa el desequilibrio que ha habido en el pasado». «Lo importante es el trabajo por los ciudadanos porque es a lo que se viene a la política, no por el dinero, como parece con algunos», apuntó ante los votos en contra.
Este desequilibrio hace que, al margen suyo, Travesí mantenga la otra media dedicación, dotada con 21.114 euros, y Vicente Canuria asuma más responsabilidades, lo que se traduce en presencia en las comisiones más importantes y sus consiguientes ingresos por asistencia, que superan los 1.600 euros brutos. Por debajo quedarán Gutiérrez y Fernández, que sumarán una media de 1.200 euros, y Pérez Lamo, que se queda con más de 1.000.
Por debajo de estr grupo quedan las concejalas fieles a la herencia que dejó Francisco Fernández y que han tenido el mando en el último año: Picallo, Rodríguez, que desaparecen de algunas comisiones clave, y Díaz y García, que pierden su media dedicación y cobrarán por asistencia a órganos, en lugar de tener el sueldo fijo con presencia sólo en los plenos. Su sueldo quedará reducido a la mitad, con 800 euros al mes.