Exigen a la peregrina que denunció su violación que testifique en el juicio
. Suspendida hasta el 17 de diciembre la vista oral por la ausencia de la víctima, que reside en Estados Unidos.
El juicio contra un joven palentino acusado de un supuesto delito de violación contra una peregrina americana que recorría el Camino de Santiago en la primavera del 2011 quedó suspendido ayer hasta el próximo día 17 de diciembre, al considerar la defensa del imputado que es necesario que la víctima preste de nuevo su testimonio en la vista oral.
Hasta ahora «solamente lo ha hecho a título preventivo en la fase de instrucción», según manifestó el letrado del sospechoso. La Audiencia Provincial de León no había citado a la joven denunciante a la sesión de ayer, circunstancia que a criterio del abogado defensor se considera necesaria porque hay una serie de detalles sobre los que se quiere que responda en el Plenario.
No obstante, el propio letrado reconoció que no existe obligación de que la víctima se presente en la sala, solamente lo hará de forma voluntaria si así lo estima conveniente e incluso se baraja la posibilidad de intentarlo a través de un servicio de videoconferencia, pero tampoco en este caso existe obligación legal de comparecer.
La defensa propone también la inclusión en el sumario de un informe en el que se relatan los episodios de exhibicionismo que habría protagonizado presuntamente el procesado, para que sean tenidos en cuenta como circunstancias modificativas de la responsabilidad penal del joven.
El Ministerio Fiscal mantiene de momento sus tesis, según las cuales sobre las 14.00 horas del día 10 de mayo del 2011, el sospechoso, un joven palentino que actualmente cuenta 30 años de edad, abordó en el área de descanso del Camino de Santiago que se encuentra más cercano a la localidad de Villamarco, en el término municipal de Santas Martas, y tras mantener un forcejeo con la víctima, una joven norteamericana, le tocó los pechos y logró bajarle los pantalones y las bragas hasta la altura de las rodillas, tras lo cual le introdujo los dedos en los genitales de forma reiterada «al mismo tiempo que se masturbaba».
A criterio del Ministerio Público, los hechos referido son constitutivos de un delito de agresión sexual y violación por el que pide una pena de nueve años de prisión, con inhabilitación para ejercer el derecho al sufragio pasivo con prohibición de acercarse a la víctima o comunicar con ella por cualquier medio durante los siguientes siete años. Se fija una indemnización de 6.240 euros.