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«¿Dónde estaba el Cabildo el día que se nos quemó el Ayuntamiento?»

Lesmes recuerda en Las Cantaderas que el pueblo sofocó el fuego de la Catedral.

Los pendones, en su recorrido previo por la Calle Ancha.

León

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Declarado nulo ya de antemano el combate, porque no es cuestión de terminar por las bravas con tradiciones centenarias en tiempos de angostura, el triunfo a los puntos en Las Cantaderas bien pudiera atribuírsele a Nuria Lesmes: «Cuando se quemó la Catedral, allá por 1965, el pueblo entero se echó a la calle con vasijas y regaderas para sofocar el incendio. ¿Dónde estaba el Cabildo el pasado mes de agosto, cuando se nos quemó el Ayuntamiento?», se preguntó la síndico (que en el género no se pusieron de acuerdo) del Ayuntamiento ante el representante católico, Primo Lucio Panero, a la sazón un año más portavoz de los anfitriones.

«Vi llorar al Obispo Almarcha aquella desgraciada tarde de Pentecostés. Usted, como no lo conoció, no pudo venir con la regadera», respondió socarrón el síndico de la Catedral. «El del Ayuntamiento lo seguí desde Villomar (su población natal) porque para intentar ayudar ya era tarde».

Y como no se pusieron de acuerdo, la discusión sobre la condición del tributo sigue pendiente para el año que viene y por los siglos de los siglos. Se trata de dilucidar si es voluntaria u obligatoria la ofrenda que León hace al Cabildo para celebrar la victoria de Ramiro I sobre Abderramán II en la Batalla de Clavijo, que puso fin a la exigencia de entregar cien doncellas cada año a los califas.

«Siguen teniendo la misma plantilla de siempre, conservan un uniforme laboral muy rancio y por el sueldo no les pregunto». Lesmes trató de acudir a los argumentos de moda para pinchar al Cabildo. Dio en hueso. «Cambiamos lo que cobran tres canónigos por lo de un concejal, cuando quieran», repuso instantáneamente Primo.

Así que la concejal de Personal, cerró su alocución con la orden de que la secretaria municipal diera fe del carácter voluntario del tributo. Más o menos los mismos términos en los que el síndico del Cabildo se dirigió a su escribano, pero para dejar constancia de la obligación. No se atisba tampoco solución para el año que viene...

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