Heridas dos ancianas por un caballo desbocado en el desfile de los carros

La música no siempre amansa a las fieras, ni siquiera las jotas. Ayer, un caballo que tiraba uno de los carros engalanados en el tradicional desfile de las Fiestas de San Froilán causó heridas leves a dos octogenarias a las que arrolló, en dos actos diferenciados.

El primero de ellos tuvo lugar en la calle Escurial, a las 14.25 horas, cuando el equino se desbocó e hirió a varias personas, entre ellas a una mujer de 82 años, que fue evacuada en una ambulancia de soporte vital básico al Hospital de León.

A su llegada a la plaza del Grano, parada final del trayecto, el caballo se puso nervioso por la cantidad de gente congregada y volvió a desbocarse, tirando al equino que llevaba el carro que iba delante e hirió a otra mujer de 82 años provocándole una brecha en la cabeza. Por este motivo acudió otra ambulancia de soporte vital básico para asistir a la octogenaria, que fue enviada al mismo complejo asistencial. El carro, que también acabó en el suelo por el empuje del equino, se volvió al levantar gracias a la ayuda de varias personas. Los accidentes provocados por el equino quedaron en un susto y con heridas leves para las dos mujeres.

Pese a los contratiempos ocasionados, el desfile de carros engalanados continuó su ritmo, aunque alguna pareja de vacas y bueyes hicieron amago de estrechar buena amistad con el público que vigilaba tras las barreras. En la plaza del Grano, los carros aguardaban expectantes los resultados del concurso bajo un suelo empedrado y con la actuación de grupos regionales leoneses y asturianos, que amenizaban la espera.

Y, por fin, llegó el feliz desenlace para unos y el triste final para otros, con premios otorgados tanto por Caja España-Duero como por el Ayuntamiento de León; en estos últimos, con la colaboración de una de las participantes para dar más emoción a las retribuciones más altas.

Asimismo, la mañana en la capital leonesa también contó con la concentración y desfile de los más de 200 pendones leoneses, donde la pancarta en defensa de las Juntas Vecinales de la provincia fue expulsada del desfile, con un lema que decía: «Rajoy, estos son nuestros pendones, no nos toques los cojones». Trasladada por la Junta Vecinal de Carrizal, a la altura de Santo Domingo desapareció de la procesión. Mientras, los pendones continuaron su recorrido hasta la Plaza Mayor, donde sus portadores descansaron.