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Cuatro años de prisión para el gerente que le hizo una felación a su empleado

La Audiencia cree probada la agresión sexual por el testimonio de los testigos.

León

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La Sección Tercera de la Audiencia Provincial ha impuesto una pena de cuatro años de prisión para el gerente de una empresa de servicios del noroeste al que un empleado suyo acusaba de agresión sexual por practicarle una felación en los baños de un céntrico restaurante leonés y exigirle después que le hiciera a él lo mismo.

El fallo considera probados los hechos, que ocurrieron sobre las 17.00 horas del 9 de diciembre del 2009. El condenado, cuya defensa procesal ya ha manifestado su intención de recurrir la sentencia, se encontraba comiendo con la víctima para celebrar una importante operación que acababan de cerrar.

El denunciante se sintió mal en un momento del almuerzo, «posiblemente a causa de la previa ingesta de alcohol» y decidió acudir a los baños de caballeros del restaurante. Fue cuando el procesado le cogió del brazo y le recomendó que se sentase en un baño y se relajara, momento en el que cerró la puerta y echó el pestillo. Posteriormente bajó los pantalones a la víctima y le practicó una felación «contra su voluntad».

Contra su voluntad

El acusado procedió a bajarse sus pantalones a continuación y agarró y sujetó contra la pared a la víctima, a la que exigió que le realizara a él la misma práctica sexual. El denunciante se negó, de acuerdo al relato de los hechos que presentó la víctima en la vista oral y explicó a su jefe que no quería, por lo que le intentó apartar para salir del baño. Su estado de embriaguezle impidió reaccionar más eficazmente, llegando el procesado a introducir su miembro en la boca de la víctima, que después consiguió darle un empujón y salir del baño».

El Magistrado Ponente considera que los testimonios de los testigos corroboran la versión del denunciante y dan credibilidad a la acusación, contra las tesis de la defensa, según la cual lo único que realmente ocurrió, como aclaró el aludido es que el denunciante se retrasaba en el regreso del baño, motivo por el que el sospechoso acudió al baño para interesarse por el estado de su compañero de trabajo, motivo por el que le recomendó que se echase agua en la cara y saliese a la calle, tras lo cual regresó a la mesa en la que estaba comiendo, esperando su regreso.

El letrado de la defensa hizo pública ayer su intención de recurrir el fallo ante el Tribunal Supremo, por entender que no hay pruebas de cargo suficientes como para condenar a su cliente y que procede la absolución.

Pedían siete años

El Ministerio Fiscal exigía una pena de siete años de prisión y una indemnización de 3.000 euros para la víctima por los daños morales causados. La representación procesal del condenado interesaba la libre absolución, al dar por hecho que no había pruebas de la acusación.

El juicio se celebró el pasado mes de septiembre y la Sección Tercera decretó que la vista se celebrase a puerta cerrada, por el particular carácter que se daba en los hechos.

La sentencia fue notificada a las partes el pasado viernes y contra la misma cabe recurso, que la defensa del procesado ya ha anunciado que presentará, por entender que así lo exigen los intereses de su cliente.