Nadie quiere quedarse sin tocarle la nariz al Santo
Desde todas partes de la provincia, de España e incluso del mundo —peregrinos no faltaban— hicieron la larga cola que precedía a la ansiada nariz de San Froilán, que ya desgastada, espera cada año la visita de decenas de miles de romeros.
Todos guardaban para ayer sus peticiones al Santo para, como dice el rito religioso, tocarle la nariz y rogar por aquello que cada uno echa más en falta. La devoción y la creencia no merma. Los más de 60.000 romeros esperarán más tranquilos hoy por sus ruegos. | dl