«Dios sabe que no pararé hasta averiguar si mi hijo está vivo»
Ma. ría Jesús Rodríguez recurrirá el archivo de su denuncia por un posible robo de bebé.
«Estoy dispuesta a llegar hasta donde sea, lucho por lo que es mío y Dios sabe que no pararé hasta averiguar si mi hijo está vivo o no». María Jesús Rodríguez no se conforma con la decisión de la Fiscalía de León, que acaba de archivar su denuncia por el presunto robo de su hijo por estimar que «de lo actuado no existen elementos suficientes para el ejercicio de la acción penal por el Ministerio Fiscal».
La decisión de la Fiscalía de León no supone un descanso en dos años de trabajo, de recogida de información y 37 años de dudas para esta leonesa de La Robla y que el 24 de octubre de 1975, con sólo 19 años, tuvo un parto de mellizos (niño y niña) de 7 meses de gestación en la Clínica San Francisco de León. La niña, que nació con graves malformaciones, murió a los tres meses. «Pero mi hijo, presuntamente muerto a las 18 horas, no fue visto por ningún familiar. Ni siquiera lo vio mi marido. Yo misma oí al pediatra decir que el niño estaba sano y bien formado, pero luego nos dijeron que había muerto».
La primera noticia de las causas de la muerte del bebé se la dio el párroco del barrio a su marido. El niño había fallecido, supuestamente, de un paro cardíaco y lo había bautizado con el nombre de Jose Antonio. «Pero dicho bautismo no aparece. Desde el Archivo Histórico Diocesano confirman que no se ha encontrado dato alguno sobre la partida de nacimiento de mi hijo».
En la documentación presentada en la Fiscalía, María Jesús adjunta la respuesta que recibió de la Clínica San Francisco «donde se alega falta de información dada la antigüedad del caso, pero tres días mas tarde llamé por teléfono para ver si podían facilitarme un historial del año 1975 y me dijeron que lo solicitara por escrito, que no había problema». El periplo por el juzgados y el Archivo Histórico Provincial tampoco resulta eficaz ya que no consta ningún legajo de aborto ni ninguna inscripción al nombre de su hijo. Lo que sí consta, según explica el fiscal en su escrito, es una licencia de enterramiento y anotación en el libro correspondiente de la inhumación de un feto varón el día 25 de octubre de 1975 que figura como «aborto» y enterrado en una sepultura común. «Yo no aseguro al cien por cien que mi hijo esté vivo, pero tampoco tengo pruebas de que esté muerto», asegura María Jesús. María Jesús se casó muy joven. Recuerda que la comadrona que la atendió no quiso llamar al ginecólogo para que estuviera en el parto.
Las dudas sobre la muerte de su hijo le provocaron pesadillas durante muchos años. «Soñaba que iba corriendo a la incubadora y no veía a mi hijo. Me obsesionó durante años». Una constante que siempre ha estado en su familia, aunque su madre le ocultó sus sospechas. «Mis padres vivían en Francia, en un pueblo cerca de París. Mi madre llegó al día siguiente del parto a León. A mí no me lo dijo pero ahora he sabido que le dijo a otros familiares que ella pensaba que me habían quitado al niño».
El fiscal ha archivado el caso. En el escrito que ha enviado María Jesús dice que «examinada la documentación aportada», así como la recabada por esta Fiscalía del Colegio de Médicos de León —que dice que el nombre aportado por la denunciante no es de un ginecólogo sino de un otorrino– o, del Registro Civil, del cementerio y de la Clínica, «de lo actuado no resultan datos para el ejercicio de la acción penal».