Las obras de la Variante de Pajares no podrán estar finalizadas hasta el 2014
Los plazos se han demorado por el retraso en la impermeabilización de los túneles.
La plataforma de la Variante de Pajares no estará terminada hasta la primera mitad de 2013 debido a que las actuaciones en el tramo Viadangos (León)-Telledo (Asturias) se demorarán hasta el próximo año, así como las obras internas en los túneles necesarias para garantizar su impermeabilización. El nivel de ejecución supera el 97,5 por ciento, aunque el Ministerio de Fomento no prevé rematar hasta 2014 esta infraestructura, que permitirá a la alta velocidad ferroviaria atravesar la muralla natural, que representaba la Cordillera Cantábrica.
El macizo montañoso, que se ha convertido en una barrera para las comunicaciones entre Castilla y León y el Principado, ha complicado la construcción de la Variante, debido a que las cinco tuneladoras se han encontrado con materiales muy diferentes, con la formación de cavernas en terrenos calizos, inundaciones y bolsas de metano. Estas incidencias, así como varias averías en los ‘topos’, han obligado a retrasar el final de las obras de plataforma, que no concluirán este año como preveía el Ministerio, sobre todo, por el refuerzo de los drenajes y elementos de impermeabilización.
Si se cumple el nuevo calendario, la construcción de la plataforma de la Variante (49,7 kilómetros) finalizará nueve años después de que se colocara la primera dovela en Pola de Gordón (León) y ocho después de que se iniciaran las perforaciones en la vertiente leonesa, que terminaron en julio de 2009.
El siguiente paso serán las actuaciones de superestructura (capa de balasto, traviesas y carril), la electrificación y las instalaciones de seguridad y comunicaciones. El Gobierno ya ha adjudicado los primeros contratos de suministros de balasto y carril por importe de unos 20 millones.
De momento, las obras de la Variante, que finalizarán en ocho meses, dan empleo a 637 trabajadores. El coste total de esta infraestructura, según fuentes de Adif, alcanzará los 3.200 millones de euros —1.827 corresponden a la vertiente leonesa—, que el tren de alta velocidad recorrerá en apenas diez minutos.
El nuevo trazado, que salva la montañosa orografía de la zona, reducirá en 33 kilómetros la longitud de la vía entre León y Oviedo, pasando de 83 kilómetros, a 50. También, supondrá una alternativa para la tortuosa línea abierta en 1884 entre Busdongo y Campomanes, plagada de túneles con radios muy reducidos y para velocidades bajas, que suponía un cuello de botella para las comunicaciones.
El desafío para la ingenería, que suponía un trazado prácticamente subterráneo de 50 kilómetros, dejará de serlo en poco más de medio año, aunque habrá que esperar, al menos, un año más para que el tren recorra la variante, que tendrá finalmente doble vía de ancho internacional y no traviesas polivalentes de ancho ibérico, como proyectaba el anterior Gobierno Central.