Ceiss planifica un ajuste de plantilla de mil personas y ceñirse a su territorio histórico

El Banco Ceiss (Caja España, Salamanca y Soria) tendrá que hacer un ajuste en su plantilla de mil empleos, y cerrar 250 oficinas, según se recoge en el plan de reestructuración aprobado ayer por su consejo de administración en Madrid. Un plan que prevé también pedir 600 millones de euros de ayudas públicas, y que deberá ser aprobado por la Comisión Europea el próximo jueves, día 20.

La propuesta del banco responde a la exigencia de ajuste del tamaño y reducción de gastos de la entidad, dentro de la estrategia marcada por Bruselas de devolver la actividad de las antiguas cajas de ahorro a sus territorios históricos. Una apuesta que en principio afectará en mayor medida a los empleados y oficinas ubicados fuera de Castilla y León, principalmente en las zonas de expansión por las que se apostó en los últimos años antes de la crisis.

Según explicaron ayer fuentes de la entidad, una vez que Bruselas haya dado el visto bueno a la propuesta (lo que se da por hecho, ya que el ajuste responde a las imposiciones europeas para acceder a las ayudas públicas) la dirección iniciará un proceso de negociación con los representantes sindicales, en el que se intentará que la mayor parte del empleo se recorte a través de bajas incentivadas, bajas temporales o prejubilaciones. Si bien esta última posibilidad tiene un recorrido limitado, porque la mayor parte de los trabajadores de la caja en edad de acceder a la prejubilación ya se han acogido a esta medida en el recorte que sufrió la plantilla durante el proceso de fusión entre Caja España y Caja Duero.

Porcentaje público

Según los cálculos de la entidad, esta ayuda pública supondía que el Estado tendría menos del 30% de las acciones de Banco Ceiss, ya que la entidad tendría un capital de unos 2.000 millones de euros una vez que el ‘banco malo’ se haga cargo de sus activos inmobiliarios tóxicos.

Tanto el canje de la cesión de inmuebles y terrenos como la conversión de la deuda subordinada y las participaciones preferentes se transformarán en las acciones que forman el capital del banco.

Fuentes de la entidad señalaron ayer que este plan de reestructuración es el que se impone desde Bruselas, que implica una reducción sustancial del tamaño de las entidades con problemas y el ajuste de sus oficinas y plantillas para poder acceder al dinero público con el que tendrán que afrontar el proceso de saneamiento que les permita seguir operando.

En cualquier caso, señalan que todas estas directrices tendrán que desarrollarse y perfilarse a partir del próximo día 20, cuando Bruselas dé el visto bueno definitivo al plan de reestructuración.

Con respecto al ajuste de plantilla, desde la caja señalan que el plan presentado ahora no es comparable al que hubiera surgido de las negociaciones para la fusión con Unicaja, ya que no llegó a cuantificarse en realidad el ajuste que sería necesario para afrontar el proceso.

Hace ahora un año el plan laboral presentado a los sindicatos contemplaba un recorte de 1.800 puestos de trabajo en la caja con sede en León, una propuesta que se cambió unos meses después por la de recortar un millar de empleos (la misma cifra que se propone ahora) y «salvar» los otros 800 a cambio de un recorte salarial generalizado que ascendía a 120 millones de euros.

Entidad saneada

El plan de reestructuración exigido por Bruselas supondrá que Banco Ceiss seguirá un proceso que le convertirá en una entidad saneada. Lo que según algunas fuentes sería del agrado del presidente de Unicaja, Braulio Medel, que integraría así el negocio de la entidad de Castilla y León pero se libraría de un impacto negativo en sus cuentas.

Fuentes del banco dejaron ver ayer que, una vez saneada, la entidad «está en el mercado», por lo que pueden surgir otras oportunidades para cumplir las exigencias de concentración y mayor tamaño en el mercado financiero.