La entidad tiene hasta el 10 de febrero para decidir si culmina la fusión con Unicaja
Desde Banco Ceiss señalaron ayer que «nadie ha roto» el proceso de fusión con Unicaja, aunque reconocieron que hay que valorar «en qué punto se encuentra». En cualquier caso, una vez que Bruselas dé el visto bueno al plan de reestructuración que ayer aprobó el consejo de administración de Caja España-Duero, se abre un periodo hasta que finalmente lleguen los fondos para el saneamiento que determinará el «margen de maniobra» de las negociaciones que tendrá que llevar a cabo la entidad para decidir cómo afronta su futuro.
En principio, la entidad financiera tendría de margen hasta el 10 de febrero para decidir cómo afronta el proceso de concentración bancaria tras el giro dado por Bruselas a sus previsiones hasta ahora.
Si se aprueba su propuesta en la Comisión Europea, Ceiss dispondría de 600 millones de euros de dinero público, que serían los que formarían parte de su accionariado como porcentaje nacionalizado de la entidad.
La caja tiene que afrontar también la devolución de los 525 millones de euros que le entregó el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob) para abordar el su día el proceso de fusión entre Caja España y Caja Duero. Tiene un plazo de cinco años desde su concesión para devolverlos, con un interés del 8%.
Cambio de planes
Las autoridades españolas habían aprobado también la concesión de otros 475 millones de euros en ayudas públicas para que el ya Banco Ceiss afrontara su fusión con Unicaja. El acuerdo logrado con el Banco de España suponía que, de haber llegado a la fusión o absorción en aquellas condiciones, Caja España-Duero tendría que hacer frente en solitario a la devolución de la cifra total prestada por el Frob, mil millones de euros.
A cambio de seguir adelante con el proceso, Unicaja conseguía una «línea de disponibilidad» de algo más de mil millones de euros.
Ahora Ceiss solicita una inyección directa que asciende a 600 millones de euros.