El condenado se puso en huelga de hambre y perdió 40 kilos

El varón condenado mantuvo una huelga de hambre en el año 2007 a raíz de lo cual perdió más de 40 kilos de peso. «La justicia se representa con una venda en los ojos, pero no es ciega porque la verdad solamente tiene un camino y aunque largo, es solamente uno. Al final se sabrá la verdad», explicó en su momento después de que se desestimaran los recursos que había presentado.

En el transcurso de la vista oral se declaró siempre inocente y negó su relación con los hechos. Los forenses manifestaron en su exposición del relato sobre la muerte de la víctima que recibió catorce pequeños pinchazos, encaminados más a provocar pequeñas heridas que para tratar de dar muerte a la mujer, quien realmente falleció a causa de un giro muy brusco del cuello que le provocó la muerte practicamente en el acto.

Desde que se produjo la muerte de la víctima hasta que apareció su cadáver pasaron unos cuantos días, en los que el cuerpo sin vida estuvo en el interior del maletero de su propio vehículo.

No obstante, la Policía Judicial encontró numerosos rastros de sangre de la mujer en la casa que por entonces habitaba el condenado. También se encontraron pruebas de que las salpicaduras de sangre que se habían extendido por buena parte de la casa habían tratado de limpiarse utilizando un procedimiento bastante rudimentario, pese a lo cual la utilización del luminol permitió descubrir el material biológico con el que se encausó al procesado, posteriormente condenado.