EQUIPO DE INVESTIGACIÓN. EL DESPILFARRO DE LOS POLÍTICOS
Dragados avisó del gasto inútil de 740.000 euros en una envolvente que no funcionaría
La empresa alertó a Lázaro García Bayón de sus «fundadas sospechas a que vaya a funcionar correctamente». La adjudicataria culpa al marido de la edil de León Martín Granizo y director de la obra de las «deficiencias».
«El motivo de este escrito es mostrarle la gran preocupación que tenemos, por el futuro funcionamiento de la instalación de climatización del Ayuntamiento de Villaquilambre, así como nuestro desacuerdo con la realización de la instalación tal como figura en el proyecto». Así comienza el documento que en febrero del 2010, cuatro meses antes de la adjudicación de la envolvente climática del nuevo ayuntamiento de Villaquilambre, Dragados remitió al entonces alcalde, el leonesista Lázaro García Bayón, en el que ya avisaba de lo inútil que sería gastar 739.488 euros en una envolvente que no funcionaría.
Una inutilidad de la que ya había alertado un año antes, en marzo y abril del 2009, según se indica en el documento al que ha tenido acceso DIARIO DE LEÓN en el que se hace referencia a unos «informes de las instalaciones», elaborados por las dirección técnica de Dragados. En ellos, que datan del 14 de marzo y del 24 de abril, se dice textualmente que «se le indicaba a la dirección de obra —por la que se llevó 16.992 euros Daniel Díaz Font, marido de la arquitecta y concejala de Urbanismo de León, Belén Martín Granizo, quien en su proyecto de ampliación del consistorio ya desarrollaba los alzados de la envolvente— una serie de carencias del proyecto».
Acto seguido se explicaba qué provocarían estas deficiencias y que no sería otra cosa que el «que no se pueda garantizar la obtención de las condiciones de confort, que requiere un edificio de estas características».
Caso omiso
Antes el caso omiso que el Ayuntamiento, con su alcalde entonces, Lázaro García Bayón, a la cabeza, y la dirección de obra del marido de Belén Martín Granizo hacían a los continuos avisos y reticencias mostradas por la constructora, Dragados fue tajante en sus conclusiones y dejó claro sus «reticencias a efectuar una instalación de la que tenemos fundadas sospechas que vaya a funcionar correctamente».
Unos sospechas que fundamentó en tres consideraciones: «No se podrán mantener los parámetros de confort. El diseño del sistema y las inercias de inversión que presenta, no permite corregir los desfases de temperaturas. Y la disposición de los anillos de intercambio geotérmico ofrece serias dudas sobre su capacidad para ofrecer el rendimiento necesario».
Curiosamente, unas advertencias que ahora se han confirmado, porque la envolvente que supuso un despilfarro de casi 740.000 euros del dinero público del Plan E no funciona y no logra alcanzar los 20-22 grados en el edificio del ayuntamiento, tal y como se preveía. De hecho, y según los datos que obran en poder del Ayuntamiento de Villaquilambre, la temperatura no pasa de los 12 grados centígrados.
Algo de lo que la constructora alertó cuanto hablaba de que no se alcanzarían los parámetros de confort. Por eso, la empresa encargada de la obra se sacudió ya hace tres años cualquier responsabilidad y culpó de las «deficiencias» al marido de la concejala de Urbanismo de León y responsable del proyecto, que pese a estas reticencias ordenó «la ejecución del proyecto sin ninguna modificación, desatendiendo todas las consideraciones que se han realizado».
Pero si tajante es el inicio del escrito que Dragados remitió al Ayuntamiento dejando clara si disconformidad con el proyecto, la conclusión final no puede ser más contundente: «Consideramos que las deficiencias de funcionamiento que puedan aparecer en el uso normal del edificio, así como el coste que pueda suponer el subsanarlas (si es posible) serán responsabilidad en todo caso de la dirección de obra y en ningún caso atacables a la empresa constructora, que ha hecho todo lo posible por subsanar a priori cualquier problema, recibiendo su negativa».