El radar se sale del coche
La Policía Local comienza a colocar el dispositivo de multas en un trípode fuera del vehículo, en zonas como Fernández Ladreda y el cruce de la ronda Este.
Como si fuera un elemento más del mobiliario urbano, colocado en medio de la acera o al borde de las vías, el radar se esconde por la ciudad. Sin la posibilidad de identificarlo dentro del coche gris metalizado con las letras grandes de la Dirección General de Tráfico y el rotativo en la parte superior. El nuevo método utilizado por la Policía Local de León para controlar la velocidad en la capital leonesa. Una alternativa al tradicional uso del dispositivo dentro del coche, que queda aparcado al margen en alguna de las vías adyacentes, con el que los responsables municipales argumentan que cubren «aquellas zonas en las que el coche no se puede aparcar en uno de los lados o supone algún peligro», como explica el concejal responsable del área, Ricardo Gavilanes, quien evita hablar de que el objetivo sea engordar la lista de sanciones o duplicar los controles que se hacen a diario. Labores que firman más de 3.000 multas anuales.
El estreno pilla de sorpresa a los conductores, habituados a encontrarse con la advertencia del coche rotulado. El vehículo que le presta al Ayuntamiento la DGT y que volvió a funcionar en el mes de octubre, después de seis meses en los que, por la revisión que deben sufrir los equipos de forma periódico, el consistorio contó con otro coche de reserva también prestado por el organismo estatal, un Peugeot verde oscuro que pasaba desapercibido como uno más por las calles del municipio de la capital leonesa.
Pese al cambio en la forma de colocar el radar, que se simultaneará con la habitual vigilancia dentro del coche rotulado de la DGT, la organización de los controles se mantiene igual que hasta ahora: en tres puntos diferentes por la mañana, con una hora en cada zona; y en otros tantos por la tarde con la misma duración. Ritmo de trabajo que se mantiene de manera ordinaria de lunes a viernes, mientras que en la mayoría de los fines de semana y por las noches permanece parado en el cuartel, salvo operaciones especiales, fechas significativas o controles por sorpresa.
Primeros días
En estos primeros días el trípode se ha podido ver en la avenida de Fernández Ladreda, colocado en la acera, junto al carril bici y entre los árboles, para controlar a los vehículos que van desde la plaza de toros hacia la rotonda del cruce con la avenida Miguel Castaño. Un zona, limitada a 30 kilómetros por hora, en la que no hay posibilidad de aparcamiento sin ocupar el espacio peatonal.
La misma fórmula que se sigue para ubicarlo en la ronda Este, justo a la altura del cruce de salida de La Granja y La Candamia, donde hasta ahora se utilizaba el trípode muy de vez en cuando. Un punto de control de la circunvalación leonesa en la que, como en todo el recorrido desde Carrefour hasta superar el complejo hospitalario, no se pueden rebasar los 70 kilómetros por hora, frente a los 100 por hora que se permiten en el tramo de la ronda Sur que va desde el alto del Portillo hasta el acceso de Armunia y los 120 por hora de máxima que hay desde éste último punto hasta enlazar con el nudo de autovías de La Virgen del Camino.