La AP-66 baja a los niveles de tránsito del 2002 por la crisis
Los conductores eligen Pajares para ir a Asturias y prefieren no pagar el peaje.
La autopista a Asturias está perdiendo clientes en los últimos meses.
La autopista de peaje León-Asturias (AP-66) registró una caída diaria de 1.309 conductores durante el 2012, de acuerdo a las cifras facilitadas por el Ministerio de Fomento. Según los mismos datos, el aumento de vehículos en Pajares durante el mismo periodo sólo fue de 144. La operación aritmética refleja que el tráfico entre la meseta y el Principado descendió un 8,2%.
En el año 2007, el puerto de Pajares corría con el 28,8% del tráfico entre Asturias y León. El año pasado la cuota subió al 34,1% y eso con datos cerrados del 2012. Enero no vino mucho mejor en ese sentido y los datos de Fomento reflejan que apenas 5.279 conductores eligieron la autopista de pago para cruzar el puerto. Es el peor arranque desde el año 2002, circunstancia significativa.
Las cuatro subidas de tarifas aplicadas por Aucalsa en poco más de un año, unidas a la inflación en los carburantes, han empujado a los automovilistas a elegir la alternativa gratuita del puerto de Pajares. El tránsito por la N-630 aumentó la intensidad de tráfico un 3,6% el pasado año y registró como promedio 4.142 circulaciones diarias.
En los primeros años de crisis Aucalsa vio afectado su negocio, pero menos que otras autopistas de pago. La explicación figuraba en la auditoria del holding: «El comportamiento de la economía de las regiones en las que se encuentran los activos del grupo en años precedentes, con crecimientos superiores a la media, hacen prever que la desaceleración será de menor entidad que la que pudiera producirse en otras zonas de la geografía nacional; todo ello se ve, además, favorecido por la inexistencia de vías alternativas, de alta capacidad, en las zonas en cuestión».
La León-Asturias se mantiene entre las que mejor resisten, incluso ahora. De las 28 concesionarias cuyo tráfico controla el Ministerio de Fomento, hay once que sufrieron una contracción mayor que el Huerna en 2012. Lo que está pendiente de conocer es cómo fluctúa el balance de beneficios.
Si la utilización de la autopista se tiene en cuenta de forma tradicional como termómetro con el que medir el estado de la economía de las dos provincias, el asunto va complicado. Nada que no se supiera. Otra cosa es que los números hagan más cruda la realidad. Por de pronto va quedando menos invierno y el buen tiempo siempre hace más fluido el tránsito. Hay ganas de que así sea.