Un equipamiento que controla 100 semáforos y una veintena de cámaras

La sala de control del tráfico se encuentra ubicada en las dependencias del Colegio De Huérfanos Ferroviarios (CHF), dentro del área destinada al cuartel de la Policía Local. Una habitación, en el sótano del edificio, que cuenta con mapa de la ciudad para poder tener en un solo vistazo la imagen de lo que sucede en la red viaria. Un gran panel en cuyos lados hay situados televisores que reciben las imágenes de la veintena de cámaras colocadas por toda la ciudad para ver el funcionamiento del tráfico, sobre todo en los accesos y en puntos conflictos de acumulación, como la plaza de Toros, el Espolón, el cruce de Michaisa, el Crucero, San Francisco, San Marcos, Padre Isla, Santo Domingo o Guzmán.

Esta infraestructura, conectada por equipos informáticos a toda la red semafórica, hace que los operarios que se encargan de la gestión de la sala puedan dar una respuesta instantánea a los problemas del tráfico en la ciudad. Una flexibilidad de funcionamiento con la que se logra que, en un momento dado, se puedan rebajar los tiempos de espera de los vehículos en la fase de rojo, si se advierte de que la acumulación de vehículos aumenta y el flujo de peatones no es excesivo. Incidencias concretas que también permiten saber si hay averías en los semáforos que puedan complicar la circulación.

Un gran equipamiento, que se creó en el año 1996, que cuenta además con sensores para contabilizar las afluencias de tráficos en toda la ciudad y tomar decisiones por parte de los responsables municipales.