Sanidad fija en 150 días la espera máxima quirúrgica, veinte más que hace un año

La Consejería de Sanidad se marca este año como reto contener el aumento del tiempo de espera para una intervención con el objetivo de que no rebase los 150 días, a pesar de que la demora máxima establecida por ley es de 180 para operaciones de cirugía cardiaca valvular, coronaria, cataratas, prótesis de cadera o de rodilla. Este es el nuevo criterio de Sacyl, tras renunciara en mayo del año pasado a su compromiso previo de no superar los 130 días como máximo, ante el aumento de las esperas medias.

Para conseguir este objetivo, Sacyl desplegará el cambio estructural anunciado del sistema sanitario, que pivota sobre la integración entre Primaria y Especializada, la gestión clínica y centra la asistencia en el paciente.

La administración sanitaria revisará los indicadores, criterios y guías que determinan la inclusión de enfermos en las listas de espera. Esta medida se basa en la jerarquización de la lista. La Consejería trabaja en un modelo para identificar los procesos de mayor impacto a partir de tres criterios: gravedad del proceso, su impacto en la calidad de vida del paciente y los efectos sociolaborales.

Sacyl realizará un esfuerzo para controlar el crecimiento de las listas, ya que al cierre del pasado año el tiempo medio de espera subió hasta los 97 días, frente a los 52 de finales de 2011. Por tanto, dejar en 150 días el tiempo máximo de espera para algunas patologías es un objetivo «ambicioso» para el gerente de Sacyl, Eduardo García Prieto, quien recordó que la Junta se compromete a que las intervenciones quirúrgicas de carácter oncológico y de cirugía cardiaca no valvular se realicen en un plazo máximo de 30 días.

Sanidad ya ha asumido que tendrá que recuperar algunos conciertos, aunque para ello priorizará las necesidades y valorará la actividad de los centros de Sacyl en relación a operaciones quirúrgicas y pruebas diagnósticas. Su eliminación, para cumplir con los compromisos del Plan Económico Financiero 2012-2014, supondrá este año un ahorro de 4,5 millones. También, la Consejería consiguió un ahorro de unos 30 millones al suprimir el pasado año los complementos por productividad, vinculados a la reducción de la espera, la prescripción por principio activo y el cumplimiento del Plan Anual de Gestión.

No a los incentivos

El control sobre las listas ya no se apoyará en los incentivos, que la Consejería otorgaba a los profesionales, sino en cambios organizativos y estructurales como por ejemplo las unidades de gestión clínica y la adaptación del sistema sanitario a los nuevos modelos de atención, basados en la cronicidad. Sanidad pretende compensar la reducción de conciertos con un incremento de la productividad derivado del aumento de la jornada.

La administración promoverá el cambio en la estructura de Sacyl, basado en la continuidad asistencial del paciente y en la llamada gestión por procesos. En este aspecto, se pretende extender este modelo de unidades de gestión clínica.