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Javier Menéndez. presidente de aleco

«Nuestro problema son esos 6,2 millones de personas en huelga de consumo»

Es presidente de la Asociación Leonesa de Comercio. Aleco llegó a tener 600 socios, aunque la crisis ha ido minando su representación hasta algo más de 200. Javier Menéndez es de los que prefiere ver la botella medio llena. Cree que el comercio es de lo poco que le queda a León.

Javier Menéndez, ayer, a la puerta de su negocio en la calle San Agustín.

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manuel c. cachafeiro | león
León

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¿El comercio de León se está asomando al abismo?

­—Lo vemos todos muy cerca, pero creo que no. Todavía hay gente muy interesada en tener su propio autoempleo y no, no estamos en el abismo.

—¿Cuáles son las últimas cifras del comercio en León en cuanto a cierres?

—A mí no me gusta hablar de cifras. Igual que las puede haber catastróficas, hay negocios que están resistiendo en la propia crisis. La necesidad es tan grande que agudiza el ingenio. Hay negocios potentes, que igual no son comercio tradicional, pero estoy viendo en León comercios que antes no existían...

—¿A cuáles se refiere?

—Comercio especialista, especialista. Ése está funcionando. Por ejemplo, arreglos de ropa, o de zapatos. La gente mira más por las cosas.

—Cierra la minería, Ere’s por todas partes, Antibióticos... ¿El comercio es casi lo único que queda en la ciudad como actividad económica?

—Eso es lo que me gustaría que se enterara nuestra administración tutelante, los que realmente nos gobiernan, que casi es lo que queda. Somos comerciantes, algunos nos llaman tenderos, pero somos empresarios y es lo poco que queda en León. En León hay funcionarios, banca, y mire como está, y comercio. Somos una parte muy importante del PIB. La gente no es consciente de lo que representamos.

—¿Y qué piden para seguir trabajando?

—Al Ayuntamiento, el comercio siempre le pide cosas muy básicas. Primero, seguridad; segundo, iluminación, y en tercer lugar, limpieza. Todas son cosas innatas a una ciudad, pero necesarias para que a la gente le dé gusto pasear. Y paseando por las calles de León, la gente entrará en los comercios. El comercio lleva tres, cuatro años, perdiendo mucho dinero, mucho tanto por ciento de su cuenta de resultados, y eso que cada vez somos más competitivos, porque hemos bajado, como otras actividades, nuestros precios.

—¿Cuánto habrán bajado los precios?

—¿De media? Podríamos hablar entre un 30 y un 50% de facturación. En precios, alrededor de un 30%.

—Hay muchos carteles de liquidación, se traspasa, se vende...

—En muchos casos es el anticipo de un cierre; es cierto. Pero en otros casos ocurre que no hay un relevo generacional. Y hay mucha gente que está aprovechando la crisis para decir: hago la liquidación, me retiro y se acabó. Lo estamos viendo estos días en un negocio de Ordoño que funcionaba. Se aprovecha la coyuntura porque no se quieren más problemas; la verdad es que con la crisis todo son problemas. Tiene su contra, también es verdad. En mi calle, se han cerrado dos negocios en enero, pero se están abriendo ya. Todavía hay locos encantadores que están buscando su nicho de mercado.

—¿Qué proporción habría entre cierres y nuevas aperturas?

—No la hay, pero igual se cierran siete y se abren dos. Lo que tenemos en el comercio es que hay 6,2 millones de ciudadanos en huelga de consumo. No pueden consumir. Y se retrotrae todo en la cadena económica. El comercio es el último eslabón. Cierra la minería, el minero no compra; en Antibióticos no pagan, el trabajador no consume... Ojo, que tenemos 20.000 personas trabajando en el comercio sólo en León capital.

—¿Sería bueno liberalizar los horarios totalmente para reactivar el comercio?

—Iría a peor. En una ciudad como León, donde todavía tenemos el privilegio de comer en casa, de disfrutar de la familia y tener abierto desde el lunes a las nueve y media de la mañana hasta el sábado por la tarde, ¿para qué abrir los domingos? ¿Tenemos esa necesidad, con seis millones de personas en huelga de consumo? ¿A quién quieren engañar? Nosotros no tenemos el lobby de presión de otros sectores. Es una falacia. No es necesario.

—Las grandes superficies tampoco lo están pasando bien que digamos.

—Es verdad, pero tampoco tienen los mismos costes de explotación que nosotros. Igual tenemos más nosotros, en valores absolutos. Si analizáramos el número de empleados por cada cien metros cuadrados igual tenemos más. No tenemos tampoco la misma financiación. No olvidemos que la banca tiene el grifo del crédito cerrado. Y eso que no hablamos de grandes cifras. Porque parece que lo primero que tenemos que hacer es financiar a los bancarios, que lo han hecho mal.

—¿No hay demasiadas asociaciones de comercio en León?

—Entiendo que buscan otro lecho de mercado. Aleco, la asociación que represento, es generalista, atiende a todo el comercio. Hay otras que son zonales y que su idea es la promoción concreta de la zona. Hablo del Crucero, Centro Gótico... En el fondo lo que necesita el comercio es un paraguas que le solucione los problemas; no quien le hace la empanada más larga para entrar en el Libro Guiness, que no tiene mucho sentido. El comerciante necesita una voz amiga que le escuche y le pueda solucionar algún problema. Cualquier día habrá una sola asociación.

—¿Por qué?

—­­Estamos en una buena relación y creo que es mejor una y buena que muchas; sobre todo, a la hora de hablar con la Administración. Somos 20.000 empleos, le recuerdo.

—¿Se han perdido muchos puestos en el comercio?

—Muchos menos que en otras actividades. Estamos manteniéndolos. Hay que tener en cuenta que forman parte de nuestra familia. Vivimos más con nuestros empleados que con nuestros hijos y conocemos sus hipotecas, sus debilidades... Un empleado se le despide cuando no hay más remedio.

—¿Tiene cifras?

—Muchos que no trabajan es porque ha cerrado la empresa.