PLAZA DE SAN ISIDORO | MI ILUSTRE VECINO | EDUARDO DE PAZ. ABOGADO
«Antes León era tan pequeño que nos conocíamos todos»
Respetado y querido . Es un vecino de León al que le gusta pasear por la ciudad. De hecho, siente sus raíces a diario pues no deja de vivir en una de las plazas más bonitas: San Isidoro. «No sé si para bien o para mal; pero antes la calle te educaba», dice con nostalgia.
Eduardo de Paz es todo educación. El despacho de su casa conserva todo el encanto, con su mesa de madera y una gran librería con tomos de Derecho hasta lo más alto. Se ve que este abogado ha pasado muchas horas en él. Pero lo mejor está por descubrir. Y es que la casa-despacho de Eduardo de Paz da a la plaza de San Isidoro. «Casi puedo oír misa desde el balcón», comenta con sentido del humor.
Y es que Eduardo de Paz vive en una de las plazas más bellas de León, frente a la imponente fachada románica. El edificio que alberga su casa también forma parte de las estampas de la ciudad. Recogido en mil postales, a través de las fotografías de San Isidoro, se puede ver cómo fue también creciendo, hasta convertirse en el inmueble señorial que hoy es. Hay dibujos donde se ve que tuvo un patio en la bajada a Ramón y Cajal, o que apenas tenía dos pisos, cuando a la joya isidoriana la protegía una valla que hoy se ha trasladado a la parte de atrás del conjunto monumental, a la calle Abadía. Delante de la ventana de su despacho está ahora la fuente, que también ha cambiado en estas últimas décadas. «Antes estaba en la mitad de la plaza. Cuánto jugué yo donde ahora está», cuenta con cierta nostalgia.
Eduardo de Paz lleva toda la vida viviendo en San Isidoro. «Recuerdo que ya hice aquí la primera comunión». San Isidoro, la plaza, las piedras centenarias... «imponen», admite Eduardo de Paz, que reconoce que no es fácil decantarse entre la Catedral y San Isidoro: «La Catedral es la Catedral; ahora, San Isidoro es San Isidoro; y para mí es algo especial». Y es que nuestro ilustre vecino pertenece a la Muy Ilustre, Real e Imperial Cofradía del Milagroso Pendón de San Isidoro, además de ser fundador de la cofradía de las Siete Palabras. Sólo hay que salir de su casa para ver que es una persona muy conocida y, sobre todo, respetada. Su primera parada es en el Bocalino, santo y seña de la hostelería de la plaza de San Isidoro. De allí, a la calle Cervantes, a comprar el periódico; o a la calle Lope de Vega, para cortarse el pelo. O un poco más, a Padre Isla, para revelar fotos de la cofradía.
Eduardo de Paz lleva viviendo en la plaza de San Isidoro más de 70 años. «Reconozco que siempre he sido muy del centro. Y de San Isidoro», insiste.
Siete décadas en las que León, como ciudad, también ha ido cambiando. «Antes nos conocíamos todos, pero no en el barrio, sino en todo León».
