Iberdrola rescinde el contrato con Antibióticos por el cúmulo de impagos

El cerco de la precariedad se estrecha sobre Antibióticos, desde ahora recinto industrial sin suministro eléctrico. Las deudas de la compañía han llevado a la empresa suministradora a rescindir el contrato que mantenía con la química, ahogada por impagos a distintos niveles, también en este esencial de la alimentación energética, que se antoja imprescindible para la producción que ocupa a la factoría leonesa.

La firma, atascada en cuestiones extravagantes como los expedientes de regulación de empleo que acaban sin el regreso de los trabajadores al puesto de trabajo, atrasos semestrales de nóminas, bloqueo de materias primas para producir o futuro pendiente de un proceso concursal que se desenvuelve a trescientos cincuenta kilómetros de los acreedores, usa generadores para alimentar de energía a los laboratorios, donde vegetan las cepas de fermentación que ahora resultan el único capital que le queda a Antibióticos, además de la plantilla desempleada. Iberdrola confirmó ayer a este periódico que había rescindido el contrato, por mor de las deudas, luego de un pleito lejano que había originado numerosos cortes en la alimentación eléctrica.

Hay otras coincidencias curiosas en el declive imparable que ataca al epílogo del Antibióticos de Daniele Pucci: el corte de luz sorprendió al comité de empresa dentro de la factoría. A pesar de que el presidente del comité de empresa, José Ignacio Ronda, no comunicó el caso en el informe que emitió contra la opción de Gadea de reflotar la compañía, fue Comisiones Obreras quien dio luz al asunto entre la relación de cuestiones abordadas por los representantes laborales. «No hemos tenido tiempo de hablar de otros asuntos, pues nos cortaron la luz para conectar la corriente a la zona de laboratorios», relata la circular interna que envía el sindicato a sus afiliados.

Antibióticos está anclado. En la factoría química de Armunia desde hace meses no se produce otra cosa que problemas.