Diario de León

Aquellos tiempos de Moviline...

La inauguración del nuevo edificio se llevó a cabo a través de un dispositivo NFC por primera vez en la historia; la suelta de globos protocolaria se accionó desde un móvil.

Ramiro Ruiz Medrano inaugura el centro con una orden desde su teléfono móvil.

Ramiro Ruiz Medrano inaugura el centro con una orden desde su teléfono móvil.

León

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Como las placas de un Pentium 3 pasado de revoluciones. Igual calentaba el sol. Camino de las nuevas instalaciones de Proconsi. Tomás Castro, presidente de Proconsi, se desgañitaba explicando a las autoridades que el diseño de la nave se había dividido en cubos semejando tal y que se habían dividido como en calles porque cual «...hasta que nos dimos cuenta de que la climatología de León...». Podía haber predicho la fecha del fin del mundo, que el resultado hubiera sido el mismo: nadie hacía ni caso.

Villanueva y el alcalde, por un lado. Silván y Prada por otro. Carrasco con múltiples parejas de conversación. Medrano y Quiñones a lo suyo. Y un largo cortejo de peregrinos. Hasta que por fin, se hizo el milagro. La misma tecnología que en cuatro días permitirá comprar el periódico con el móvil, pagar el desayuno en el bar con el móvil y hacer la compra desde la oficina con el móvil habilitó la maniobra oficial. Por supuesto, con el móvil. Marcar unos numeritos, globos al aire y todo inaugurado.

A Silván le cupo el honor de descubrir la placa conmemorativa. Levantó la pegatina... y apareció un código QR. Esos cuadraditos llenos de cuadraditos. Sólo hubo que acercar el móvil (¿cómo no?) y una aplicación reprodujo la inscripción, como las de toda la vida. «Este edificio fue inaugurado...»

Ramón Villa presentó un mural inmenso en forma de barco «que es Proconsi lanzándose a sus retos internacionales» y hasta hubo tiempo para la música con la utilización de un sampler que se hizo el remolón. «Yo creo que es que hay que darle al play», sugirió la presidenta de la Diputación. Fue justo cuando Julio Villarrubia estuvo a punto de hacer añicos la torre de copas que quedaba a la derecha de su codo.

La comitiva fue conociendo cómo desde León se controla el repostaje de los aviones en los principales aeropuertos del país, que la fuente del patio central del edificio es obra de Luis Casas, que los muebles son obra «de ese pequeño artista» explicó Castro, sin darse cuenta de que involuntariamente estaba apuntando a Villanueva. Nadie lo tomó en cuenta.

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