Los 12.000 euros de indemnización por una muerte indigna a la familia
Sacyl tendrá que pagar por una pérdida de oportunidad terapéutica en el Hospital.
Fachada del Hospital de León.
La familia de un paciente de León de 69 años de edad, fallecido en el Hospital de León en el 2007, está «indignada» por la sentencia que obliga a Sacyl a indemnizarles con 12.000 euros por «una pérdida de oportunidad terapéutica» que sufrió el paciente, que murió tras una intervención quirúrgica para operarle de una neoplasia ulcerada de colon en el Hospital de León. El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León estima parcialmente la reclamación de la familia, que había pedido 250.000 euros de indemnización, por considerarla «absolutamente desproporcionada» al considerar que «las posibilidades de salir con vida de la segunda intervención quirúrgica por parte de don Pedro eran ciertamente escasas, elemento facticio este, indiscutible, que debe tener su reflejo en la indemnización», dice la sentencia del caso, tramitado por la Asociación Defensor del Paciente. El fallecido padecía Epoc III, disnea de mínimos esfuerzos y neoplasia ulcerada de colon
La indemnización supone 4.000 euros para cada uno de los tres familiares que presentaron la reclamación.
El abogado de la familia, Santiago Díez, aseguró ayer a este periódico que la familia no acaba de entender el criterio de la justicia «porque valora la muerte de una persona en 12.000 euros, mucho menos que la multa que ponen por matar a un perro de raza, por ejemplo». Díez afirma que la sentencia y la reacción de la asociación «es una llamada de atención a los jueces para que obren de otra manera», explica.
La presidenta de la Asociación del Paciente, Carmen Flores, también se mostró preocupada por la conclusión del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León «estamos no enfadados, indignados, con que el tema de las negligencias se trate como si los pacientes fuéramos animales». «Esto no es una sentencia, es una burla y pensamos que la justicia no es tal». Flores destaca que la sentencia reconoce que hubo una irregularidad por pérdida de oportunidad terapéutica, «pero aún así fijan una indemnización de 12.000 euros, lo que es una absoluta falacia».
La sentencia es firme y contra ella no cabe recurso de apelación.