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El príncipe preside la entrega de despachos a 160 nuevos sargentos

Los tres días de luto decretados en Castilla y León obligan a modificar la habitual ceremonia en el aeródromo de la Virgen del Camino

Su alteza real el príncipe de Asturias preside el acto de entrega de Reales Despachos a los nuevos sargentos de la XXI Promoción de la Academia Básica del Ejército del Aire.

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V. Silván/ ICAL

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Su alteza real el príncipe de Asturias fue el encargado de presidir la entrega de los Reales Despachos de sargento a los 160 alumnos de la XXI promoción de la Academia Básica del Aire de la Virgen del Camino en un acto que estuvo marcado por el recuerdo a las víctimas del accidente registrado ayer en Tornadizos (Ávila), donde perdieron la vida nueve personas.

Los tres días de luto decretados en la Comunidad autónoma de Castilla y León obligaron a introducir cambios en la ceremonia. Así el príncipe fue recibido sin los Honores de Ordenanza, al igual que la bandera de España, que hizo su entrada en la plaza de Armas del aeródromo leonés sin el habitual acompañamiento del himno nacional y sólo a golpe de tambor, izada a media asta para testimoniar el dolor y en señal de condolencia y respeto por las familias de los fallecidos.

El príncipe de Asturias fue recibido por el director de la Académia Básica del Aire, el coronel Muñoz Bronchales, para después pasar revista al escuadrón de alumnos. A su llegada al palco de autoridades, Don Felipe de Borbón departió brevemente con el presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, antes de autorizar el inicio de los actos.

El arzobispo castrense de España, Juan del Río Martín, fue el encargado de oficiar el acto de Acción de Gracias «con el corazón dolorido» por las víctimas del accidente, a los que «Dios conceda el descanso eterno, consuelo a sus familiares y a los heridos que encuentren pronto su recuperación».

Tras el oficio, don Felipe fue el encargado de entregar el Real Despacho al número uno de la promoción, el sargento Alejandro Polo, al que impuso también la Cruz al Mérito Aeronáutico. Después recibieron sus despachos el resto de los 160 sargentos -40 de ellos mujeres-, ya de manos de las autoridades, para despedirse a continuación de la bandera.

Los alumnos recibieron además en esta ceremonia la última lección del curso por parte del coronel Muñoz Bronchales, quien recordó el origen de la propia academia en 1992 y a los 3.304 alumnos que se han formado en ella desde entonces. Así, destacó el papel de esta institución «que encuentra su razón de ser en el equilibrio que marca el respeto a la tradición y la integración de los últimos avances tecnológicos».

 En esta línea, animó a los sargentos a afrontar el «apasionante reto» de servir a la patria y el «compromiso inquebrantable» de la disposición permanente para defender a España, «incluso con la entrega de la propia vida si fuera necesario».Bronchales también reclamó un «recuerdo emocionado» para los fallecidos de Ávila y sus familias y solicitó la protección de la patrona, la Virgen de Loreto, para todos los compañeros desplegados por el mundo en cumplimiento de sus misiones. 

Con un «¡Viva España! ¡Viva el Rey!, el coronel cerró su discurso y los alumnos entonaron el Himno del Ejército del Aire, para después dar paso al emotivo homenaje a los caídos. Dos sargentos portaron la corona de laurel que depositaron a los pies del monumento de la plaza de Armas, acompañados por una pasada de una formación de aviones C-101 del grupo de Matacán (Salamanca) y una descarga de fusilería. 

Tras el homenaje, don Felipe se situó al frente de la formación de sargentos y dio la orden de romper filas «por última vez en esta academia», que fue seguida por el tradicional lanzamiento de gorras al aire. A continuación, tuvo lugar el desfile , ya en la zona de las pistas del aérodromo, del escuadrón de alumnos, acompañado por la formación de los aviones de Matacán, y posteriormente la foto de familia con su alteza, que supuso el fin del acto ya que la habitual recepción en uno de los hangares fue también cancelada por el luto por el accidente del autobús en Tornadizos.

 En la ceremonia, el príncipe de Asturias estuvo acompañado por el ministro de Defensa, Pedro Morenés; el presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera; la presidenta de las Cortes, Josefa García Cirac; el delegado del Gobierno en Castilla y León, Ramiro Felipe Ruiz Medrano; y el jefe del Estado Mayor del Ejército del Aire, Francisco Javier García Arnáiz, así como otras autoridades.

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