Diario de León

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Reivindicativos, tradicionales, sonrientes, tranquilos y, sobre todo, amantes de su tierra. En la comarca de la Cepeda hay un abanico de personalidades que no se desanima ante la espiral de despoblación. Un día con ellos deja buen cuerpo.

Javier Pérez, junto a los troncos que calentarán el horno de su panadería en Quintana de Castillo.

Javier Pérez, junto a los troncos que calentarán el horno de su panadería en Quintana de Castillo.

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La geografía de la Cepeda tiene, curiosamente, forma de corazón. Los oriundos de la comarca reciben con una sonrisa tímida, sin excepción, y cuesta hacerlos posar ante la cámara. Saben enseguida cuándo viene gente que «no es de por aquí» y observan con curiosidad desde las ventanas o a lo lejos, y saludan amigablemente, pero sin acercarse demasiado. Sin embargo, una vez hecho el contacto, están felices de compartir un momento de su vida cotidiana para dar conocer su comarca a toda la región.

9.00 La familia de Javier Pérez es la que lleva la panadería de Quintana del Castillo. Javi pasó una temporada en León, pero decidió volver a su pueblo natal porque es donde se siente más feliz. Se levanta a las cinco de la mañana para trabajar en la panadería con su madre, para luego repartir el pan por toda la comarca, incluso en Astorga. A pesar de que en su pueblo no hay gente de su edad, él se las ingenia para llevar una vida normal. «Cuando me quiero ir de fiesta, me voy a León con mis primos. No me hace falta nada de la ciudad».

11.00 En Villamejil, Julia Garcí a cuida su casa, como hace todos los días desde que ya no trabaja la tierra. Ha vivido en esta localidad toda su vida, pero nota cada día más la falta de personas en el pueblo. «La médica del pueblo viene cada vez menos». La familia de Javier Álvarez se ha dedicado por generaciones al trabajo del campo, aunque cada vez hay menos familias en el pueblo que se dedican al oficio. Mientras juega con sus sobrinos, Sergio y Jorge , cuenta que lo que más se echa en falta son los niños. «Estos son los únicos que se ven por aquí y ni siquiera son de este pueblo», cuenta.

12.00 Paulino Aller e Isabel Vázquez están esperando al camión del pan en Sueros de Cepeda. «Esta es la hora del paseo antes de comer», dice Paulino. Ambos están jubilados y se sienten muy contentos viviendo en el pueblo, aunque también sienten el cambio. «La crisis se ha llevado a todos los jóvenes del pueblo» continúa Paulino. Cuando llega el camión del pan ya se despiden, porque ya llega la hora de comer y la siesta.

13.00 En Villagatón está de vacaciones Aquilino Teijido, «pero a mí me llaman el Quino . Se fue del pueblo hace 50 años, pero cada vez tiene más claro que va a volver definitivamente. ¿Por qué? «De Villagatón me gusta todo y, además, el pueblo ha mejorado mucho en el último tiempo. Las calles, las casas, todo está mejor». Se dedica a repetir las tareas tradicionales de su casa, aunque, ahora que está de vacaciones, se dedique a descansar, comer y disfrutar de la vida tranquila que añora.

16.00 Después de comer empieza el relax en Sopeñas de Carnero. La playa fluvial del río Tuerto está llena de gente disfrutando de un baño y del chiringuito. Gonzalo González y Tomás Alonso disfrutan de un refrigerio a la orilla del río. Gonzalo cuenta: «Aunque estamos jubilados, seguimos trabajando la tierra y siempre estamos entretenidos». Presume de los servicios del pueblo. «Tenemos mejor asistencia médica que en Astorga». Tomás afirma sin dudar que «éste es el mejor verano de toda la provincia. Hay pocos sitios como éste, aunque todo se pueda mejorar».

17.00 Incluso cuando el sol está en su máximo apogeo, los niños del pueblo juegan en la cancha de baloncesto de Sopeñas, mientras ignoran el calor. Muchos están de vacaciones, como Miguel Ángel de Paz que viene de Vitoria, porque la familia tiene una casa en el pueblo y vuelven todos los veranos. Los niños, que sí viven en esta localidad todo el año, están encantados con el lugar. «Venimos todas las tardes a la cancha de baloncesto a jugar, y luego nos vamos a la playa del río. No nos hace falta nada más», afirma sonriente Adrián Valderrey.

18.00 En Quintana de Fon, David Álvarez y César Álvarez están terminando con los labores del jardín de su casa. Ahora en verano es a lo que se dedican principalmente por la tarde porque, por la mañana, David trabaja en Astorga. ¿Se irían a vivir fuera? César responde riéndose: «Podemos ir a Astorga dos, tres veces al día, pero vivir ahí, definitivamente, no». Creen que el pueblo es una de las mejores zonas para vivir y en verano más, porque se llena de vida.

19.00 Lorenza Álvarez y su hija Trinidad García están disfrutando del jardín de su casa en Zancos. «Antes la gente salía mucho más a pasear, pero ahora cada uno tiene su jardín propio, así que nos quedamos más en casa», cuenta Lorenza. Lo más animado del verano son las fiestas con música, procesiones y bailes para todos. «Ahí si que se llena el pueblo... ¡Sobre todo de gente joven! Se quedan bailando y disfrutando hasta por la mañana».

20.00 El presidente de la Junta Vecinal de Porqueros, Juan Manuel Nuevo , está en plena junta semanal, porque el pueblo se enfrenta ahora mismo a graves recortes en transportes y servicios. Su madre María Elena Fernández es una de las vecinas más reinvindicativas del pueblo. «Ahora esto está demasiado revuelto», se queja. Cuida su casa y de su huerta, pero también se encarga ahora de movilizar a los vecinos para solucionar los problemas que afectan a todos.

21.00 Rocío Fernández atiende, junto con su marido, el bar Nisio en Vega de Magaz. «De los clientes habituales, hay un grupo de señoras que vienen sobre esta hora a echar la partida. No creo que pase en otros pueblos». Conoce a todos sus parroquianos habituales y espera los fines de semana y las fiestas que se acercan, porque traen más clientes.

FRANCISCA BRAVO

leonalsol@diariodeleon.es

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