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«¡Ya somos libres astures!»

Siguiendo una tradición, que cada año crece con más fuerza, Astorga se viste, una vez más, de togas y pieles. La Fiesta de astures y romanos ofrece al público mercados, exhibiciones, conciertos y talleres para todas las edades, todos ambientados siguiendo un estricto rigor histórico..

El minuto de silencio por la tragedia de Santiago fue sobrecogedor.

Publicado por
León

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Al entrar a Astorga, la ciudad parece sumida en su rutina habitual. A las 8 de la tarde, la gente pasea y disfruta de las terrazas. Sin embargo, en las cercanías del campamento El Melgar, la ciudad se va convirtiendo definitivamente en Asturica Augusta, una ciudad de dos pueblos.

Sofía, Shaila y Ester tienen 14 años y pertenecen al campamento romano. Durante la fiesta de Astures y Romanos forman parte en esta inmersión histórica. Creen en la reconstrucción de su pasado, en desconectar por unos días de la realidad y perderse en su propia historia.

El desfile de astures y romanos, que terminará con la representación de la emboscada al César, es una comitiva de texturas, colores, sonidos y edades.

Desde niños de pecho hasta ancianos, todos forman parte del evento, encuadrados por las murallas de la ciudad. El desfile empieza con un mar de pieles, togas y buen ambiente. Los grupos que preceden ambos grupos ostentan una solemnidad que los grupos finales eclipsan. No sólo hay música, sino que tampoco faltan los cuernos llenos de cerveza, las risas y abucheos entre distintos pueblos, que emprenden el rumbo hacia la plaza de los Marqueses rodeados por una multitud vestida de civiles, romanos y astures.

La banda romana concluye el desfile, tras lo cual se guarda un minuto de sobrecogedor silencio por la tragedia ocurrida en Santiago de Compostela.

El redoble de tambores rompe el silencio y da la bienvenida al César. Empieza la representación. La multitud goza, vitorea y aplaude a los pueblos combatientes, celebrando la victoria de los astures y luego, también, la de los romanos..

Una vez restaurado el César, las tribus se dispersan en dirección al campamento. «Intentemos no interrumpir el tráfico», se despiden los organizadores.

Francisca BRAVO

leonalsol@diariodeleon.es

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