Marzanas no tiene financiación para investigar más allá de octubre
El ING de Grulleros, vinculado al CSIC, pendiente de un suplemento de presupuesto.
Punta de lanza de la investigación en la provincia, la estación experimental del CSIC en Grulleros tiene financiación para sustentar trabajo dos meses más; hasta octubre. A partir de esa fecha, la prolongación de las líneas investigadoras que desarrollan los científicos en la finca de Marzanas, dependerá en exclusiva de que el Gobierno acceda a conceder un suplemento presupuestario de setenta y cinco millones de euros para el Centro Superior de Investigaciones Científicas y enjugar el déficit que ha puesto en aprietos la actividad científica en el país. El propio director del CSIC (que cuenta con 120 centros en todo el territorio) alertó del peligro de cierre si no se incrementan las partidas que sustentan la tarea investigadora; 75 millones más.
Javier Giráldez, director de la estación experimental, luego evolucionada hacia Instituto de Ganadería de Montaña (IGM), prefiere mirar el futuro por el prisma del optimismo, aún después de asumir que sin más presupuesto no habrá dinero para investigar en el centro de Grulleros a partir de octubre. «Los investigadores tiene que conseguir sus propios recursos para la tarea que desempeñan», adelanta Giráldez para subrayar la condición excepcional del proceso, que no se repite en ningún otro orden de la función pública. Hecha la salvedad, se aborda el desglose de las cuentas que se refieren al centro leonés del CSIC donde hoy se emplean 59 personas. «Tenemos un presupuesto anual de 74.000 euros, y para los gastos del centro tenemos una consignación anual de alrededor de 65.000 euros», describe Giráldez, al recordar que los recortes de cuentas acumulan en los últimos ejercicios un 25%. Reducción relevante, más si se analiza que antes de la crisis el presupuesto de gastos corrientes ya no cubría todos los gastos de funcionamiento. Antes de la crisis, los centros tenían desfase. «Con lo que después de la recesión ese déficit se ha ido incrementado», enfatiza el director del centro investigador leonés.
A partir de ahí, el centro investigador ofrece, obligado, su destreza con los números. Quien gestiona la investigación tiene una fórmula para cubrir el déficit de funcionamiento; consabido que el presupuesto de funcionamiento que aporta el CSIC —el Gobierno— no llega para investigar, es el científico quien se procura el soporte económico «proyectos de financiación pública, contratos de empresas o funciones; una parte, 81% va para el investigador; 4% para la institución central y un 15% a disposición del centro y es utilizado para cubrir el déficit de gastos corrientes».
Entre el 2010 y el 2012, el Instituto de Montaña, su derivación precedente, la estación experimental de Marzanas, ha podido general en torno a 1,8 millones de euros en proyectos de investigación externos y contratos. «La captación de fondos ha disminuido también con la crisis porque se ha reducido también la capacidad de las empresas para realizar actividades I+D y los programas públicos se han recortado», lamenta Giráldez.
En esa exposición de complicaciones financieras que acumula el y no deja ajeno al centro de investigador leonés, se llega al tramo por donde se estrecha el paso a los investigadores de Marzanas: se limita el gasto en proyectos, se limita el gasto a los investigadores.
Tras los límites
«Este límite ralentiza un poco el trabajo, pero si no se extiende más allá de septiembre no crearía problemas graves», advierte Javier Giráldez. «El límite impuesto hasta octubre nos permite hacer frente al pago de nóminas del personal con contratos temporales y los pagos a proveedores, que se hacen con una demora máxima de 2-3 semanas; como se prolongue la limitación, a partir de octubre, entonces sí que vamos a tener problemas; al no poder utilizar la financiación que han recibido los investigadores, simplemente éstos no podrán realizar su actividad y hay que tener en cuenta que esta actividad está asociada a compromisos de objetivos y fechas, tanto en lo que se refiere a los proyectos de financiación pública como a los contratos con empresas. De poco nos servirá abrir las puertas del centro si los investigadores no pueden comprar material para realizar los experimentos y análisis», deduce el director; que ante los inconvenientes que nublan el horizonte a partir de octubre, se decanta por mirar más allá de ese umbral.