Firmas o tags Son el seudónimo del grafitero escrito de forma rápida con su propio estilo. Pueden hacerse con rotuladores o con sparay. Suelen hacerlas personas de otras ciudades.
Sara Blanco colorea el dibujo del monasterio de San Miguel de Escalada.
Las hermanas Luz y Sara Blanco, procedentes de Rueda de Almirante, nunca imaginaron que a estas alturas de la vida se pondrían a pintar paredes con spray.
«No teníamos ni idea de lo que era un grafiti», confiesan, «pero nos ha gustado mucho». Aseguran que disfrutarán cada vez que vean el mural en el que han participado.
Junto a ellas están una decena de niños y niñas que han querido formar parte del taller de grafiti rural que imparte Sergio González de Arte 84.
«El spray les llama la atención tanto a niños como a mayores», comenta el grafitero.
Para empezar y poner en situación a los asistentes explica brevemente la historia del grafiti. Luego pide a los chicos y chicas que hagan una lluvia de ideas y que dibujen unos bocetos, «para que sientan el dibujo suyo», declara. Luego lo readapta y, gracias a una cuadrícula, deja a los chicos marcar las figuras que terminarán pintando entre todos.
En este caso el motivo es la iglesia del pueblo y el monasterio de San Miguel de Escalada, una forma distinta de conmemorar el 1.100 aniversario del último. «Qué mejor que inmortalizarlo», comenta Amador Aller, alcalde de la Junta Vecinal y quien decidió contratar a Sergio con la colaboración de la Diputación y el Instituto Leonés de Cultura.
Para Aller el taller ha superado con creces las expectativas y para los niños esto será «un recuerdo para siempre con lo que vacilar con los amigos».
guillermo otero