Good Fly perderá el contrato en León si vuelve a tener problemas con los vuelos

Los incumplimientos de Good Fly durante los últimos días han colmado la paciencia del consorcio, entidad con la que mantiene por segundo año consecutivo un contrato para la realización de vuelos en el aeropuerto de León. La presidenta de este organismo, Isabel Carrasco, advirtió ayer a la aerolínea burgalesa de que «en el caso de que exista otro incumplimiento el consorcio procederá a la resolución del contrato».

Comunicó también, tras la reunión ayer de la asamblea general en sesión extraordinaria y urgente, que se ha decidido la apertura de un expediente informativo a la empresa, que comenzará a incoar de forma inmediata el gerente del consorcio. «Con este trámite pretendemos conocer si lo ocurrido esta semana con los vuelos de Málaga y Alicante obedece, tal y como alega Good Fly, a razones técnicas».

En el caso de que no realice los últimos vuelos de la temporada previstos, hoy y mañana a Ibiza y Menorca, respectivamente, dejando en tierra a los pasajeros que quieren volver a León tras sus vacaciones, será el consorcio el encargado de gestionar con sus propios medios una solución para estos viajeros.

De hecho, el organismo autorizó en su reunión de ayer el gasto para que el gerente «ponga en marcha todas las medidas necesarias para que los pasajeros vuelvan», precisó la presidenta. Un dinero, que posteriormente repercutirán a la propia compañía.

Carrasco avanzó, además, que el consorcio analiza ya acciones legales, tanto penales como civiles, para pedir responsabilidades a la empresa. «En estos momentos estamos atados de piés y manos y no podemos hacer nada, estamos poniendo sobre la mesa medidas coherentes para garantizar los vuelos».

Hasta el pasado fin de semana, Good Fly ha recibido 353.000 euros de los 536.000 del contrato 2013 firmado con el consorcio. La entidad mantiene los pagos al día desde que a mediados de agosto decidió, también en una asamblea urgente, abonar vuelo a vuelo a la compañía en lugar del pago mensual fijado inicialmente en el acuerdo.

Una decisión motivada por los apuros económicos que atraviesa la aerolínea burgalesa, que pidió esta solución al consorcio para evitar su inminente quiebra, ya que su falta de liquidez le impedía pagar el combustible o las tasas de los aeropuertos.

Según apuntó la presidenta, la empresa no se ha puesto en contacto con el consorcio a pesar del requerimiento de éste (vía burofax) para que explicara las causas de sus incumplimientos de esta semana. «Nuestra máxima preocupación se centra en el retorno de los que aún siguen de vacaciones en las islas».

La presidenta subrayó que a pesar de que el consorcio no tiene ninguna responsabilidad en los vuelos, el aeropuerto o con los pasajeros, «está realizando un esfuerzo impresionante para procurar que haya vuelos en estos momentos tan complicados y no tenemos intención de que termine este trabajo que venimos desarrollando de largo».