El consorcio del aeropuerto busca socios para reforzar su viabilidad

Tras el abandono de la Junta como socio del consorcio del aeropuerto de León, dejando en solitario a los otros dos integrantes de esta entidad (Ayuntamiento de la capital y Diputación), el nuevo estatuto que acaba de entrar en vigor fija la entrada de nuevos «mecenas» públicos y privados. Una tendencia aperturista, heredada de los pilares fundacionales establecidos en su nacimiento en el año 2000 (también contó en sus inicios con Caja España), vital para el futuro del enclave aéreo de La Virgen del Camino.

En la nueva etapa abierta ahora por el consorcio se pretende trabajar con intensidad en la entrada de nuevos socios, tal y como ha comentado la presidenta de esta entidad, Isabel Carrasco.

Pretende que se unan entidades y colectivos ligados a ámbitos sociales, económicos y culturales de la provincia para reforzar la viabilidad de la entidad. Y la principal condición es la aportación por parte de los nuevos compañeros de viaje de una cantidad mínima inicial de 30.000 euros.

La crisis suscitada desde mediados de agosto por los problemas de financiación de Good Fly y sus recientes incumplimientos, que han culminado con la decisión del consorcio de finiquitar el contrato con esta empresa burgalesa, ha puesto de manifiesto la necesidad de una estructura más fuerte y con mayor representación en el ámbito de la entidad promotora del aeropuerto de León.

No sólo a la hora de reforzar su capital, en estos momentos con unos remanentes de alrededor de cuatro millones de euros en una hucha ahorrada durante los últimos ejercicios con las aportaciones de los socios, sino también para ampliar la representación y el respaldo institucional, social y empresarial al enclave aéreo de La Virgen del Camino.

La propia Carrasco aludió el lunes, tras la asamblea de urgencia, a la necesidad de contar con el apoyo de la Junta y del Estado (a través de Aena) para diseñar el futuro del aeropuerto y ayudar en momentos delicados, como los vividos en la últimas semana con la crisis de Good Fly.

Los objetivos del consorcio, con la Diputación y el Ayuntamiento de la capital definidas ahora como entidades fundadoras, se centran en fijar líneas de ayudas para la promoción y fomento de cualquier clase de actividad que se desarrolle en el aeropuerto, colaborar también con las compañías aéreas para que operen vuelos regulares o discrecionales «en las mejores condiciones», así como diseñar y ejecutar campañas para la difusión del uso de los servicios aéreos.

Entre sus atribuciones, además, reclamar a organismos públicos obras de ampliación y mejora de las instalaciones y la implantación de nuevos servicios aeroportuarios, como mercancías, estacionamiento de aeronaves y conservación y mantenimiento.

Este año, el consorcio cuenta con un presupuesto de 106.000 euros, aportado en exclusiva a partes iguales por la Diputación y el Ayuntamiento, tras el abandono de la Junta a finales del pasado ejercicio. Aunque el contrato con Good Fly fue adjudicado por 536.000 euros, finalmente la empresa cobró 353.000 al no finalizar sus vuelos y terminar ya su relación con León.

Desde que la entidad de promoción del aeropuerto se creó en el año 2000 ha destinado cerca de 20 millones de euros al fomento de los vuelos del aeropuerto de León a través de diversos contratos con distintas compañías, concretamente, Air Nostrum, la extinta Lagun Air y Good Fly.

Con el paso de los años y la presión de la crisis, las instituciones socias han ido mermando su aportación a las arcas del consorcio hasta llegar a la cantidad actual, con poco más de 50.000 euros por integrante.