«Emprender es desentrañar por atajos sueños de trascendencia económica»

La pasión y el entusiasmo son los vectores que trazan toda la entrevista en su casa del centro de León, decorada con algunos de los tesoros de su colección de antigüedades.

—Dada su dilatada trayectoria como empresario y en el mundo de las finanzas parece que este premio es un canto al jamás es tarde para emprender.

—Si se refiere a tarde en el sentido de la experiencia que uno pueda tener acumulada, Carlos Slim lo decía muy claro en una reciente entrevista. ¿Por qué personas de 60 años no pueden ser emprendedores privilegiados cuando atesoran experiencia más que ningún otro y también capitales?

—Ahora se asocia el emprendimiento a la juventud. ¿Cuáles son las recetas en los tiempos que corren para el emprendedor joven que se inicia?

—Tengo una definición que dice que emprender es desentrañar por atajos un sueño de trascendencia económica. Ahí encajan los grandes sueños como el de Zara y los pequeños sueños de cualquier persona o joven. La envergadura de un proyecto no tiene que ver con la cuantía sino con los resultados.

—Lo que pasa es que en este instante el que no tiene acumulada experiencia, pero sobre todo capital, parece que lo tiene complicado por la falta de financiación.

—Los jóvenes también pueden asociarse. Uno puede ser socio capitalista y otro socio industrial que aporta ideas o tecnología y por lo tanto un proyecto joven puede arrancar perfectamente con escasos medios. Hay ejemplos recientes de cómo se sitúan perfectamente bien todos aquellos jóvenes que se dedican a Internet en el sector servicios. Esa es una emprenduría importante y propia de la juventud, porque es la que mejor desarrolla.

—«Soloantigüedades.es», su última y novedosa apuesta por la que ha sido galardonado, se presenta como la mayor empresa propietaria del mundo en ese sector. ¿Cómo se logra eso en tan poco tiempo?

—Exactamente, la empresa más importante de venta de antigüedades por Internet del mundo. Cuando arrancó la idea lo hicimos con 4.500 piezas, saltamos a 10.000 que son las que están posicionadas en la red, y tenemos ya acumuladas para subirlas en los próximos días 3.000 más, con lo que estaremos en 13.000. Cuantitativamente somos las más importante del mundo. Cualitativamente hay ya una valoración objetiva-subjetiva que determina el precio de una antigüedad. Y esto se consigue trabajando, en equipo. Pero también decía Ortega que la intuición es el conocimiento más exacto que tenemos de las cosas, y yo llevo trabajando en el mundo de los negocios desde los nueve años porque soy hijo de empresario.

—¿Y en tiempos de crisis cómo le funciona tan bien la venta de antigüedades?

—Es un tema complicado. La situación económica del país manda muchísimo, y cuando yo decidí montar este negocio busqué un nicho. La economía española no da para mantener una empresa de diez mil o quince mil piezas, por eso la empresa la hemos llevado a un nivel universal pensando en países como Estados Unidos, que tira muchísimo de las antigüedades, o Rusia, Alemania o Inglaterra.

—¿Cómo ha sido la evolución de visitantes en la web en los tres meses que lleva en marcha el proyecto?

—Hemos pasado de cero a cerca de cinco millones. La palabra clave en Internet es posicionamiento y consiste en que se valora la distancia tuya en Google con los demás. Entonces los que ya te conocen pueden comprar.

—¿Las antigüedades son sólo un capricho para ricos o es un falso arquetipo?

—Cualquiera puede acceder a las antigüedades, no sólo los ricos. Abarcamos desde un utensilio de una casa antiguo hasta un cuadro de Goya. Hay todo un abanico de posibilidades.

—¿Qué opinión tiene de Internet o de las redes sociales dentro del mundo de la empresa?

—Ahora mismo es la clave total para las ventas. El negocio de presente y de futuro es Internet. Es imposible que un negocio sobreviva al margen de Internet. La prueba son Zara o El Corte Inglés, que están metidos cada vez más en Internet.

—Su centro logístico, sin embargo, se sitúa en el polígono de La Magdalena. ¿Por alguna razón especial al margen de su pasión por el desarrollo rural?

—Además de dicha pasión yo tengo una casa en Inicio, en Riello, que comparto con mi residencia en Madrid y en León. Y cuando quiero bajar de Inicio a León paso por La Magdalena, que está perfectamente comunicada por la autovía. Esa fue la razón decisiva.

—¿El premio del CEL que le sugiere desde el punto de vista de sus colegas de la patronal?

—Cuando te dan un premio y es por unanimidad el halago es enorme y el merecimiento tal vez escaso. Pero en la medida que todos tus compañeros te proponen para algo relevante tienes que volcarte y demostrar que contribuyes tanto al Círculo de Empresarios como al mundo de la empresa, como a la provincia y a la ciudad de León, como a Castilla y León y a España.

—El halago será doble puesto que el CEL institucionalizará este premio con su nombre a partir del año que viene.

—Será el que viene, el siguiente y el siguiente... Y si puedo buscaré alguna entidad financiera como el Herrero-Sabadell para que se una a mí y que el premio sea todavía más importante.

—¿Desde el prisma de empresario laureado está más con las tesis triunfalistas de Montoro sobre la salida de la crisis o con la prudencia de De Guindos?

—Soy más partidario de lo que le dijo Obama al presidente español de que homologase. Es fundamental que el marco político español esté homologado al máximo para que el gasto público sea el mínimo y desde ahí arrancar con unas inversiones, cada uno en su sector, que dinamicen la economía española.

—Los economistas de León dicen que la provincia tiene todavía más complicada la salida de la crisis que otros territorios. ¿Lo comparte?

—Me siento leonés por los cuatro costados y ahora mismo la balanza de pagos tiene un timonel que es la industria agroalimentaria y esta provincia está fenomenalmente posicionada ahí. La industria agroalimentaria de León tiene un potencial sin fin y la capital y la provincia poseen unos recursos que no están ni medianamente bien explotados que son los culturales. Tenemos un patrimonio artístico impresionante y hay que mover eso de cara al turismo que es el que trae la divisa con claridad. En eso debemos volcarnos, en el presente y en el futuro.

—¿Bajo esas premisas hay algún negocio que bulla en su cabeza a medio plazo?

—Antes se deberían arreglar en León los problemas del transporte tanto por avión como por ferrocarril, algo que nos quita muchas posibilidades turísticas. Como empresario yo compré 2.700 pequeñas fincas en Omaña y he pedido la concentración parcelaria. Hay un turismo de calidad que como recurso sería muy importante, pero el parón económico no te permite invertir. La inversión no puede ser gasto, tiene que ser inversión.

—¿Por último que le parece la nueva Ley de Aprendizaje del Gobierno?

—Soy crítico. Si esa ley está pensada para los jóvenes y los recursos de banca no están al alcance de la mano... No se puede arrancar con una ley donde se dice que un trabajador de 18 puede contratar a un mayor de 40 y que le eximen del pago de la Seguridad Social del mayor cuando el menor no tiene capitalizado para nada su arranque.