Diario de León

La primera riada del Bernesga pone a prueba el azud de San Marcos

Las lluvias agitan la crecida del Bernesga que estrena el paso por las obras del azud de San Marcos, donde queda pendiente la estructura del salto de peces.

La primera avenida otoñal del Bernesga acercó al agua al encofrado del salto de peces del nuevo azud.

La primera avenida otoñal del Bernesga acercó al agua al encofrado del salto de peces del nuevo azud.

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L. Urdiales | León
León

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La primera riada del otoño se encontró con las obras de remodelación del azud, junto al puente de San Marcos, con el Bernesga sesgado y desviado unos metros antes, para permitir la actuación de los operarios. Tras tres meses de intervención para hacer desaparecer el viejo muro las lluvias agitaron el cauce del río, que ganó caudal de forma casi exponencial tras las precipitaciones copiosas de la noche del jueves, y el agua se presentó en medio de los encajes del encofrado. La carga de la avenida irrumpió en la reforma después de superar el puente; y aunque la merma del aforo del Bernesga a su paso por la ciudad se hizo notable una vez que cedieron las precipitaciones y se retiró la borrasca, el regreso de la lluvia en las próximas horas amenaza con volver a elevar el cauce fluvial y intervenir en el desarrollo de las obras; se verá en los plazos, que tenían finales de este mes como fecha límite y prevista para concluir la reforma esperada en todo al azud. En base a esa previsión está fijada la visita y revista de las obras del presidente de la Confederación Hidrográfica del Duero, José Valín, al que acompañarán autoridades locales y provinciales. Los últimos cálculos para el desarrollo y finalización de la obra fijaban un avance de un mes sobre las mejores previsiones.

La intervención sobre el sistema de regulación de las avenidas del Bernesga en el tramo urbano llevó a la demolición del viejo muro, un azud que soportaba más de 600 metros cúbicos de hormigón. Parte de la pared sirvió para rellenar la poza fluvial que excavó el río a lo largo de décadas junto al emblemático puente. En la labor acometida hasta el momento se procedió a una rebaja de cota de 2,25 metros. La intervención se valora por su aportación a la defensa de las riberas ante las riadas, al calcular que la probabilidad de inundaciones con el nuevo muro de contención se reducirá de forma extraordinaria: «Si hasta ahora el riesgo era de una inundación cada 130 años, con el nuevo azud será de una cada quinientos años», calculan los expertos del organismo que controla la cuenca.

Al punto donde llegó el Bernesga crecido y embarrado se acomete un paso para peces, que dispondrá de una acceso a modo de trampolín en el centro del azud, que mediante corriente acercará a los peces a los saltos artificiales y así podrán abordar el desnivel que ahora alcanza el metro. Es la lectura del beneficio biológico de la intervención; la regulación hídrica termina con la acumulación de sedimentos que después de medio siglo dejaron el lecho expuesto a las riadas. Tras la inversión de 400.000 euros, el nuevo orden del cauce del Bernesga será un hecho. Aunque las últimas precipitaciones han avanzado la prueba de la estructura.

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