León inició el fin de la polio

Una campaña piloto en León iniciada el 14 de mayo de 1963, seis meses antes de extenderla por todo el país, decantó el apoyo a la vacuna oral Sabin en detrimento de la Salk, introducida en España en el año 1957 y que tenían que pagar las familias, por lo que sólo llegaba a los más pudientes. El jefe de la Sección de Virus, Florentino Pérez Gallardo, con su equipo al frente, se dirigió a León y Lugo para iniciar una campaña piloto de vacunación con la trivalente Sabin, más fácil de administrar (unas gotas en un terrón de azúcar, frente a la Salk que eran inyectable). En León se ensayó el diseño logístico de la campaña que en noviembre se extendió por toda España, una prueba piloto iniciada cuando la enfermedad afectaba a 11.429 niños en España, de los que 2.000 eran de la provincia.

A León llegaron los médicos Rafael Nájera y José Vega, ayudados por un equipo de voluntarias jóvenes de la Sección Femenina en cumplimiento del servicio social. Citaban a las madres en las escuelas y los centros de salud. Utilizaron la vacuna oral trivalente, administrada en dos dosis de manera consecutiva con un intervalo de seis semanas entre ellas. En la primera fase se vacunaron a 71.228 niños, el 90% del total, pero la segunda dosis sólo fue administrada a 52.241, el 66% «muy lejos del 88% pedido por el propio Sabin para la erradicación», explica el profesor Jesús Seco, de la Universidad de León, «aunque en partidos como Riaño las vacunaciones bajaron de 3.183 a 1.366».

«Nunca se explicó por qué en León se hizo la vacunación en dos fases tan próximas ya que en Lugo las fases fueron más diferenciadas», explica Juan Antonio Rodríguez, profesor de la Universidad de Salamanca.

En León se libró una pugna entre la Dirección General de Sanidad y el Seguro Obligatorio de Enfermedad por controlar la Medicina Preventiva en España, según las investigaciones de los profesores Juan Antonio Rodríguez Sánchez y Jesús Seco.

Un simposio que se celebrará el jueves en la sala Gordón Ordás del edificio Albéitar conmemora el cincuenta aniversario del inicio de la campaña piloto, que tiene sus lados oscuros de los que no hay datos oficiales. «Se cometieron muchos errores», asegura el profesor Jesús Seco, y uno de los organizadores del simposio. Asegura que la vacuna se trasladaba a los pueblos en burro, «sin ninguna conservación en frío, en pleno mes de junio. La falta de registros oficiales de la vacunación con Salk, las dosis que las familias pagaban, hizo que se revacunaran a muchos niños debido a las campañas de persecución social a las madres». Seco cifra en 42.000 personas las que sufrieron en España el síndrome pospolio, incluso veinte años después de vacunarse y calcula que en León afectó a medio centenar de personas. «La polio y el síndrome pospolio no pueden quedar en el olvido».

Las vacunaciones obligatorias a partir de 1975 sirvieron para inmunizar de manera eficiente a toda la población infantil.

Pero la vacuna Sabin llegó tarde para miles de niños leoneses. Mari Ángeles Aller tiene ahora 67 años y el virus le atacó a los nueve meses. «Hasta los once años estuve gateando. Avanzaba con las manos porque las piernas no me respondían. Después me operaron varias veces, en Gijón, un médico privado, y me colocaron hierros en las piernas que son los que me sujetan en pie. Me ayudo con las muletas».

Honorino Acebes tiene 61 años y el virus le afectó a los tres meses. «Me afectó a la parte izquierda. Hace poco me operaron del pie porque pisaba con el talón».

Fernando Fernández tiene 67 años. El virus le afectó con 4 años «Me dio mucha fiebre y no podía sujetar las cosas con las manos, Me pilló el lado derecho, incluida la cara. El médico me mandó baños de agua caliente y sal para mover la musculatura. Se me quedó el pie vuelto y me operaron a los 11 años para que no pisara con el tobillo».