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Las nuevas tecnologías se convierten en el vivero de la violencia de género

Medrano y Milagros Marcos presiden en León el acto conmemorativo autonómico.

Los dos miembros del Emume y Emilio Gutiérrez.

León

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El delegado del Gobierno en Castilla y León, Ramiro Ruiz Medrano, advirtió ayer que las nuevas tecnologías y el uso de Internet se han convertido «en una fórmula cada vez más común para ejercer la violencia de género».

Medrano presidió los actos celebrados ayer los actos de conmemoración del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, que a nivel autonómico tuvieron su sede en la subdelegación de Gobierno de León. Estuvieron presentes también la Consejera de Familia e Igualdad, Milagros Marcos, el procurador del Común, Javier Amoedo, la presidenta de la Diputación, Isabel Carrasco, el alcalde de la capital, Emilio Gutiérrez y el resto de autoridades de la vida civil y militar leonesa.

Presentó el evento Conchi Álvarez, «mujer, periodista y directora de Radio Nacional de España en León», como ella misma se definió. Medrano intervino en el discurso central del evento «para sensibilizar sobre esta lacra social». Manifestó su especial afecto «a las 45 familias que han perdido a alguna mujer por esta causa» y a las de los cinco menores «que también han sido víctimas». Los dos episodios que se han registrado a nivel autonómico este año corresponden a dos mujeres que perdieron la vida en la provincia leonesa. Una joven de 19 años fue asesinada por su compañero sentimental en Lorenzana 21 de mayo (el varón se suicidó después en prisión) y otra fue una súbdita rumana de 21 años a la que el 4 de septiembre asfixió el padre de sus dos hijos, también rumano y encarcelado en la actualidad en el Centro Penitenciario de Villahierro.

«Este es un día para poner de manifiesto la labor de los profesionales «de los ámbitos sanitario, educativo, judicial, policial y demás, a los que agradecemos su esfuerzo y el mensaje de confianza en el sistema que transmiten a las mujeres», dijo Medrano.

Ocho agentes integran en León el Servicio de Atención a la Familia (SAF) de la Policía Nacional, «y ponen toda su atención desde el momento en que las mujeres realizan la llamada». El Equipo de la Mujer y el Menor (Emume) de la Guardia Civil cuenta con tres especialistas de la Policía Judicial «que intervienen y asesoran a todas las unidades de la Guardia Civil». El Grupo de Atención a las Mujeres Maltratadas de la Policía Local (Gamu) se estrenó en 1999 «y ha sido un referente a nivel nacional». Trabaja en coordinación con el resto de unidades policiales.

Todos estos organismos fueron premiados junto al Centro de Acogida «Nuestra Señora de Fátima» de Fabero, que forma parte de la red de la Junta de Castilla y León. «Desde 1986 es un referente y centra sus esfuerzos en la inserción laboral». A los cuatro entes galardonados se les entregaron unas «meninas» en señal de agradecimiento por su tarea.

«Mucho se ha avanzado en la prevención, pero hay que seguir haciéndolo porque esta es la lacra del siglo XXI. Mientras haya un sólo caso de violencia de género, todos tendremos la obligación moral de trabajar para erradicarlo. Es muy preocupante que un porcentaje alto de las víctimas no interpongan su denuncia, por no darle importancia, por los miedos al maltratador, a perder los hijos, a no encontrar empleo, al proceso judicial, a no tener medios económicos para mantener a los hijos, a no ser creídas sobre todo en el medio rural y al qué dirán...»

Según Medrano «el silencio es el mayor cómplice del maltrato». Por eso hay que animar siempre a la denuncia «desde la familia, el entorno o la propia sociedad. La necesidad de romper el silencio es una de las bases de la estrategia del Gobierno para la erradicación de la violencia contra la mujer porque es una prioridad».

«Los últimos estudios publicados por el Ministerio de Sanidad ponen de manifiesto que el uso de Internet y las nuevas tecnologías se ha convertido en una fórmula cada vez más común de ejercer la violencia de género. Hay que actuar y el Gobierno ha puesto en marcha medidas penales para los delitos de estas características, así como una campaña de sensibilización. Hay que dar una verdadera oportunidad a las víctimas. La juventud y la adolescencia son etapas vitales y hay que actuar inculcando valores. Prevención y sensibilización son claves para acabar con este drama que está mucho más cerca de nosotros de lo que pensamos».