Diario de León

Abel Pardo regresa del destierro

La UPL recupera la comunicación con su ex concejal, tras cuatro años suspendido de militancia como castigo a la polémica de los textos de la extinta Llionpedia.

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L. urdiales | redacción
León

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La de Pardo no es una vuelta a casa por Navidad, pese a que es una carta de invitación a un banquete navideño el elemento que devuelve signos de comunicación entre la UPL y uno de los afiliados más destacados de su historia. Abel Pardo Fernández vuelve a tener noticias del partido en el que nació y creció en la política, hasta que lo apartó una suspensión de militancia que ha permanecido vigente durante cuatro años; el mismo tiempo que separa de aquel asunto de la Llionpedia que se hizo con las portadas y los corrillos políticos de la ciudad y el entonces aún dominante pacto socioleonesista que rigió cuatro años el Ayuntamiento de León, el mismo que ha tenido a Pardo alejado de cualquier relación con el partido, gestionado hasta hace tres semanas por los mismos cargos orgánicos que le llevaron al patíbulo. Como un destierro, mira ahora el protagonista que mantiene la idea de que aquello fue una confabulación para quitarlo de en medio.

Lo recuerda según la concatenación de hechos que terminaron también por liquidar sus responsabilidades en el equipo de gobierno municipal (del que era concejal de Nuevas Tecnologías). «No sé la razón de la sanción porque nunca me lo dijeron, fue porque sí, porque alguien se empeñó en echarme; querían mis cargos y mi sueldo, como se demuestra que se hayan ido ahora que no hay sueldos ni cargos. Los que a mí me echaron se fueron después pitando», resume Pardo, nada conforme tampoco con el ajusticiamiento que sufrió en la concejalía. «Me cesa el alcalde porque un técnico no cumplió una orden para desvincular la página web municipal de un enlace; y me echa a mí, que soy concejal de Nuevas Tecnologías, pero no al de personal, ni al responsable de ese departamento, ni al responsable informático», argumenta entre línea el leonesista para advertir del entramado que se usó para darle salida. Cuando actuó la UPL actuó el alcalde socialista.

Mes agitado

Entre el desencadenante de la polémica por la Llionpedia —aquel texto sobre el alcance del holocausto que incluía un prisma revisionista— y la fecha en la que se borró a Pardo del gobierno municipal, el 5 de noviembre del 2009, transcurrió apenas un mes. Ese octubre fue una hoguera atizada con una crisis que acabó con el concejal más crítico y exigente con el decálogo del bipartito PSOE-UPL (aquel que preveía abrir los cauces para la declaración de la autonomía leonesa ante el que arqueó las cejas Zapatero cuando se enteró por la prensa en el escaño del Congreso) fuera de la escena. Anulado por el artículo 14.8.e) de los estatutos de la Unión del Pueblo Leonés, que en casos de máxima gravedad permitía al secretario general (en la época, Melchor Moreno) tomar medidas cautelares con carácter de urgencia remitiendo el caso en el plazo más breve al comité de garantías. «Desde los primeros días de este mes de octubre hemos seguido con atención en los medios de comunicación el escándalo provocado por las informaciones contenidas en algunos artículos de la Llionpedia (www.llionpedia.eu) (www.llinguallionesa.net), algunas de ellas incompatibles con los valores de la democracia, de la Constitución y de la Unión del Pueblo Leonés. El concejal de Nuevas Tecnologías del Ayuntamiento de León, Abel Pardo Fernández, militante de la UPL, presentó ante los medios de comunicación y a la opinión pública la llionpedia, hecho por el cual entiendo que es el responsable político ...» «...por lo que me veo en la obligación de ejercer las facultades previstas en el Art. 14. 8. e) de los estatutos del partido suspendiendo cautelarmente de militancia y de todas sus funciones...», transcribió Moreno en el comunicado que avanzaba el final traumático de su concejal, al que hacían responsable de los artículos comprometidos de la Llionpedia («querían que me leyera 17.000 textos») recuerda hoy el afectado. La Fiscalía, sin embargo, no consideró lo mismo, y archivó las denuncias que sucedieron a la polémica, que se acompañó de un ruido mediático inusitado en la ciudad. «Nunca me dieron un documento sobre la causa de la suspensión de la militancia; me dijeron, suspendido, cuatro años», rememora Pardo, que mantiene su contacto con la política desde una labor de marketing que le ha llevado a trabajar en Ecuador como asesor de la coalición gubernamental de cara a las elecciones del próximo año.

La invitación a la celebración navideña de UPL, que le viene a rehabilitar derechos y deberes de militante (no pudo participar en los dos congresos precedentes) anima a Pardo a incluir reflexiones sobre el futuro del partido y sus líderes: «A Sendino al menos le asiste la valentía de estas ahí cuando otros echaron a correr», analiza sobre el relevo orgánico. Ante el recelo contagioso de los cargos electos a los postulados autonomistas, el militante rehabilitado aporta una opinión con ascendencia: «La autonomía es irrenunciable porque viene a mejorar el bienestar de los leoneses, y si alguien cambia de opinión ante la idea que fundamenta un partido hay que argumentar por qué». Perspectiva abierta ante el futuro de la UPL de cara al 2015: «En dos años hay tiempo para convencer al electorado de que se puede hacer algo o no; lo que está claro es que la UPL no va a seguir así. O despega, si ofrece algo, o se hunde, porque el elector no quiere algo inútil». Análisis de Pardo, militante, recién llegado de un exilio de cuatro años.

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