Diario de León

El patrimonio de la Caja, a la deriva ante la incertidumbre sobre la futura fundación

Una herencia huérfana de gestión y casi sin ingresos propios .

Inmuebles y fondos Desde terrenos en la Universidad de León a colegios como La Milagrosa, centros culturales, bibliotecas, centros de formación,... La herencia de la Obra Social pasa también por las instituciones de tiempo libre, como la de Sierra del Bre

Inmuebles y fondos Desde terrenos en la Universidad de León a colegios como La Milagrosa, centros culturales, bibliotecas, centros de formación,... La herencia de la Obra Social pasa también por las instituciones de tiempo libre, como la de Sierra del Bre

León

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Sobre el abultado patrimonio que atesora la Obra Social de Caja España-Duero sobrevuela una situación de deriva desde que hace un año se segregara el negocio financiero de la entidad hacia Banco Ceiss, y la herencia patrimonial y las actividades sociales y culturales propias hasta ahora de las cajas de ahorros quedasen a la espera de la constitución de una fundación que no se ha materializado. Una docena de trabajadores de Ceiss, en comisión de servicio hasta que se forme una gestora para decidir el destino de propiedades y proyectos, mantiene la actividad estirando los fondos que dejó el último presupuesto de que se dotó a la Obra Social. Unos recursos, apuntan desde la entidad, pensados para mantener la actividad hasta que se constituyera la preceptiva fundación, pero que durarán «como mucho este año». ¿Y después?

La espantada de consejeros de Caja España-Duero la pasada primavera impidió que se consiguiera el quorum suficiente para firmar la creación de la fundación en junio, el plazo dado por la legislación para resolver la situación de la actividad no financiera de las cajas en el proceso de reestructuración. La solución quedaba en manos de la Junta de Castilla y León, que debía haber resuelto en el segundo semestre de 2013. Pero no fue así.

El pasado 28 de diciembre se aprobó la nueva Ley de Cajas de Ahorros y Fundaciones Bancarias, que según explican desde la Junta da un plazo de tres meses para constituir fundaciones, ahora de carácter ordinario, que gestionen el patrimonio. En el Gobierno autonómico la gestión de las entidades financieras depende de la Consejería de Economía, pero el Protectorado de Fundaciones forma parte de la Consejería de Presidencia. Será este el encargado de nombrar a los componentes de la comisión gestora, aunque desde la Junta se espera el resultado de la absorción de Ceiss por Unicaja (el próximo día 20) para poner en marcha el mecanismo.

Mientras tanto, la actividad de la Obra Social se mantiene en niveles mínimos y a la espera de un órgano de gestión capaz de determinar su destino. Que en términos económicos no se presenta muy halagüeño.

De esta fundación depende también el Monte de Piedad, que sigue funcionando con normalidad y es, por el momento, la única fuente de ingresos con la que contaría la fundación. Según fuentes de la entidad, los beneficios que produce esta actividad son de alrededor de un millón de euros al año, claramente insuficientes para mantener siquiera mínimamente la enorme herencia inmobiliaria y artística que tendrá que atender la fundación.

Uno de los planteamientos que se pondrá sobre la mesa del patronato será la venta de algunos de los activos heredados, como fórmula de obtener financiación. Sin embargo, queda pendiente la creación de la fundación, el nombramiento de la gestora, el diseño de los estatutos, la constitución del patronato, el nombramiento de los patronos, que deberán establecer la hoja de ruta de la Obra Social. Muchos pasos hasta establecer qué pasará con un enorme legado de gran valor, pero cuyo mantenimiento parece difícil de sostener económicamente.

En este escenario parece comprometido el futuro de una Obra Social que durante décadas ha atendido actividades culturales, sanitarias, artísticas, educativas, de investigación o medioambientales, entre otras.

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