La resurrección de La Bicha

En medio de la plaza de San Martín, en pleno corazón del Humedo, se destacan dos de los huecos dejados por los derribos en León. Poco más de media docena de pasos de fachada, pero dos de los locales con más rancia tradición del casco histórico leonés: los edificios añejos de La Bicha y el Chivani. Las marcas que aparecen en guías oficiales y populares para turistas que quieren probar la morcilla. Los dos vacíos que ahora no dejan más testigo que las fachadas, dentro de la apuesta de sus propietarios de las casas por una demolición parcial para conservar las licencias y que, una vez levantados los nuevos edificios, se puedan reabrir las puertas.

No tendrá que esperar tanto el titular de La Bicha. Con un proyecto de derribo en el que el local se mantiene inalterado, pese a que el resto del interior de la edificación ya no existe, el hostelero conocido por su carácter hosco en el trato con la clientela podrá volver a encender la plancha en poco tiempo; antes de Semana Santa, incluso, si se cumplen sus previsiones. La posibilidad que queda abierta en el expediente aprobado por los técnicos del Ayuntamiento de León, que validan la propuesta planteada por la propiedad para poder ejecutar los trabajos de derribo y posterior construcción a partir del esqueleto de la fachada, sin retranquearla como hubiera sucedido de tirarla abajo por completo. Las puertas del local abiertas y los obreros en el piso superior. Una situación que no se da en el caso del Chivani, donde un muro protege desde hace unos siete años la fachada, como un pegote en mitad de uno de los espacios más tradicionales de la ciudad. Una situación indefinida que se resolvió antes de final del pasado año con el inicio de los trabajos para poder volver a levantar el edificio, después de varias prórrogas permitidas por el consistorio, antes de abrir la vía del expediente de ruina.

La recuperación de dos de las enseñas de la plaza de San Martín.