Un paraíso para la economía sumergida

En España existen alrededor de 120.000 viviendas declaradas como de uso turístico, pero la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos calcula que se utilizan alrededor de 1,5 millones de pisos y casas que no están sometidos a la reglamentación que afecta a hoteles, campings, casas rurales o apartamentos turísticos.

Según el último informe de La Caixa en el conjunto del país los turistas pasaron en el último año analizado casi 390 millones de noches en alojamientos legales, pero algo más de 800 millones de noches en viviendas ilegales para este uso. Una diferencia que se justifica también en el hecho de que, según la Asociación de Alojamientos Turísticos, mientras la estancia media en los hoteles está en una media de tres noches, en las viviendas alquiladas la permanencia suele situarse en no menos de una semana.

Alojamientos privados

Estos alojamientos clandestinos se utilizan frecuentemente en puentes y fines de semana (muchos se anuncian ya en Internet como posibilidades para pasar despedidas de solteros en grupos, ofrecen la posibilidad de realizar fiestas y actividades,...). Sin embargo es en verano cuando se concentra la mayor parte del negocio de los «alojamientos privados».

Es entonces cuando se pone a disposición de los clientes la vivienda secundaria propia, o la de los familiares. Un fenómeno creciente este último cuando la crisis hizo florecer lo que se ha dado en llamar el «turismo paisano» (volver a los pueblos a pasar las vacaciones, instalándose en las casas de las zonas rurales hasta ahora en buena parte desocupadas).