Diario de León

Santiago Ordóñez coordinador provincial de iu

«No seré un tapón si el consejo propone otro candidato»

Hace tres años se quedó a 361 votos de que IU volviera al Ayuntamiento de León. No se da por vencido y, con la tendencia de voto al alza, encendida por los recortes, augura que serán «la opción de la gente que quiere que se la represente»

Santiago Ordóñez, junto a la pintada que cuadra con sus valores políticos, en el barrio de Santa Marina.

Santiago Ordóñez, junto a la pintada que cuadra con sus valores políticos, en el barrio de Santa Marina.

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álvaro caballero | león
León

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Un gabán con pegatinas y chapas. Unos zapatos gastados por las suelas. Un timbre de voz ajeno a su corpachón con la camisa por fuera. «Más de Rosendo que de Los Suaves», concede Santiago Ordóñez (Barcelona, 1976), recién reelegido por un voto como coordinador provincial de IU, acodado en la barra del Plan B. Le va a hacer falta uno.

—Se votaría usted.

—Sí, por supuesto.

—Así que ganó por su voto porque si no se llega a votar se queda fuera de la coordinación provincial.

—Habría sido empate y quizá hubiéramos tenido que debatir si el voto de calidad del coordinador saliente podía darme la victoria.

—Son un debate continuo. No tienen casi poder, crecen en las últimas elecciones y su candidato a coordinador provincial tiene una oposición de la mitad de la asamblea. Como poco parece raro.

—No es raro, es que nuestra organización política se mueve en parámetros muy democráticos y siempre hay debate. En el momento en el que abrimos la posibilidad de que los delegados tomen partido por una u otra opción, estamos predispuestos a esto. Me parece sanísimo. IU ha dado un ejemplo de democracia que pocos partidos pueden darlo.

—Será muy sano, pero evidencia una división. No me diga que no preferiría que le hubiera apoyado el 80% de la asamblea.

—Habría sido más cómoda, pero el debate no hubiese sido tan fructífero. Lo importante es que antes de la asamblea, durante la asamblea y después de la asamblea sabíamos que independientemente del resultado saldríamos todos juntos a trabajar por el partido.

—¿Está convencido de eso?

—Sí, el movimiento político y social va a ser uno, lo tengo clarísimo.

—¿Cuál ha sido el problema con el Partido Comunista para que le plantearan esta oposición tan fuerte que casi le ha llegado a tumbar?

—No es una cuestión del PC sí o no; había gente del Partido Comunista en las dos candidaturas. Era libertad dentro de la organización para presentar candidatura, porque no exigimos avales imposibles de cumplir como hacen otros partidos. A partir de ahí, debate sano y a la cara.

—¿Le ha penalizado su cercanía a Gaspar Llamazares, ahora que cunde la consigna en su partido de que hay que purgar a los suyos?

—No creo. Gaspar es amigo mío y trabajamos en cercanía porque es el diputado de zona. Quiero pensar que no tenga nada que ver para que presenten una candidatura. Sería algo soberanamente estúpido y yo pienso que en IU de León la gente no es estúpida, no es así.

—Llegó a la coordinación provincial de una manera natural, después de dejarlo Miguel Ángel Fernández y que no hubiera nadie que quisiera.

—En ese momento el señalado era yo. Me resistí bastante, pero en una calentura de última hora dije que sí.

—¿Qué ha cambiado para que dos años después de aquel vacío haya gente que quiera ese poder?

—No sabría decir. Yo quiero pensar que IU no sólo ha crecido en intención de voto, sino en militancia. Por tanto, hay gente ahora que no estaba entonces, que participa y tiene derecho a opinar sobre la gestión.

—Eso es constatable. ¿Cuánto ha crecido la militancia en este tiempo?

—Desde el año 2011 para acá, un 30%.

—¿Y todo ese 30% van en su contra? Hace dos años sólo le votó en contra la concejala de San Andrés, Eloína Terrón.

—No lo creo, lo que quieren es aportar y trabajar. Aquí el problema no es que la gente no quiera trabajar, sino que trabaja demasiado, quiere aportar y a partir de ahora este tipo de asambleas nos refuerzan.

—¿Qué es lo quieren aportar que le falta a usted?

—Había dos modelos de funcionamiento para IU. Uno más clásico, más jerarquizado, y otro que estaba más centrado en las asambleas de base y en el trabajo para que la organización se extienda. A mí me pueden achacar que he dado mucha libertad a las asambleas de base. Yo creo que son compatibles los dos modelos.

—No me diga que en un partido que crece, que se nutre de descontentos con los recortes, su problema es que la asamblea le achaca que dé libertad.

—Lo resumo: hay gente que hasta ahora no ha trabajado o no ha podido trabajar que ahora reivindica su espacio y que lo tendrá.

—¿Pero en qué reclaman libertad?

—Plena libertad para desarrollar las políticas del proyecto de IU, porque sólo tenemos un programa. Hay que crear un equipo lo más amplio de trabajo.

—Puede ser que haya gente que pueda ver una aspiración de poder y quiera no perder ese tren.

—No creo, eso está abierto porque no hemos hecho aún candidatura. A partir de ahora se abrirá el debate.

—¿Los críticos tendrán espacio en su ejecutiva?

—Sí.

—¿En qué parcelas? ¿En alguna de las básicas como organización?

—Se demostrará en las negociaciones. Aún no hemos podido compartir que solicita cada parte, pero en lo que a mí respecta tendrán puestos relevantes en la ejecutiva, claves.

—¿Hay partes irreconciliables?

—No. Hemos trabajado juntos hasta ahora y seguiremos haciéndolos.

—¿Cree de verdad que son alternativa?

—Firmemente.

—Usted pisa la calle y mucho. Desde ese conocimiento, ¿cree que tienen posibilidades de estar en el Ayuntamiento o en la Diputación?

—Estoy seguro. No es una cuestión de tendencia de voto, sino de si te lo ganas o no. El trabajo que se ha realizado, pateándonos la calle, conociendo los problemas, es lo que nos va a llevar al ayuntamiento de León, al de Ponferrada, a muchos de los que en su momento gobernamos y a la Diputación. Cada uno vota lo que le da la gana. Hay gente que quiere que se la represente y nosotros vamos ser esa opción que necesitan.

—¿Qué aportan para poder representar a ese sector de descontentos?

—Los demás están en un bucle de resignación en el que asumen que los recortes no se pueden evitar y que la gente tienen que sufrir la crisis a favor de quienes controlan el cotorra y las administraciones. Nosotros aportamos una política alternativa a la rapiña del bipartidismo, en la que los servicios públicos estarían al servicio de la gente y abriríamos a la ciudadanía las administraciones. Estamos ante un robo, no ante una crisis. El dinero de las pensiones y los servicios sociales se está yendo a manos de especuladores porque nuestros gobernantes colaboran con ellos.

—IU no es UPyD, no es VOX, es un partido que ya gobernó, incluso con representación en ayuntamientos e instituciones importantes en la provincia. ¿Por qué perdieron al confianza?

—En política la credibilidad ayuda mucho. La perdimos y yo creo que es lo que hemos estado ganando pateándonos la calle.

—¿Pero por qué?

—Era muy joven, estaba recién llegado. Lo hemos analizado y sinceramente creo que IU no estuvo a la altura de las circunstancias en aquel momento. Lo pagamos electoralmente pero ahora me parece que siendo correa de transmisión de los que sufren la crisis es donde nos vamos a ganar esa credibilidad. Somos necesarios porque somos los únicos que dan un mensaje diferente al que hay. Debemos ser creíbles para llevar adelante nuestro programa.

—Programa, programa y programa, como Anguita. Resuma un poco en qué se centra ese programa para León.

—Es un programa que se realiza con la calle. Para las europeas estamos analizando cosas relevantes para la provincia como la defensa del medio ambiente, el modelo energético y la defensa del carbón; un programa que habla de nacionalización de la energía, de planificación con una mayor participación. Nuestro programa no sólo responde a las necesidades de la gente, sino que tiene concreciones. Hay que acercar la política a la ciudadanía. Siempre hemos defendido los servicios públicos, los servicios sociales, el presupuesto participativo... Eso es lo que nos ha mantenido en pie en los peores momentos en la provincia.

—¿Qué tendencia de crecimiento cree que tiene en la provincia?

—Hay zonas donde nos estamos empezando a sorprender del apoyo que ganamos, como en Tierra de Campos, el Órbigo o Santa María del Páramo; eran zonas que casi no existíamos. Por primera vez IU ha podido salir de las zonas más urbanas para trabajar en el mundo rural.

—¿La coordinación provincial le da el aval para ser el candidato al Ayuntamiento de León?

—En la asamblea soy un militante de base. El consejo político es quien debe hacer la propuesta. No digo nada.

—¿Pero está dispuesto después de quedarse a 361 votos en el 2011?

—Ni siquiera estoy pensando en ello. La iniciativa no es mía.

—Pero tendrá algo que decir.

—Como militante de base defenderé lo que diga la asamblea.

—¿Y como Santiago Ordóñez?

—Ahora mismo no tengo respuesta. Hay gente muy valiosa, yo no voy a ser un tapón si el consejo y la asamblea propone otra cosa. Aunque ni me excluyo, ni no me excluyo.

—¿Cuál es el reto ahora?

—Seguir en la calle más que nunca, ganarnos el prestigio social que IU merece, conseguir la hegemonía política en la izquierda y que en el 2015 seamos clave en las administraciones.

—En el contexto actual, con su discurso a favor de reivindicaciones, no han conseguido llegar. ¿Por qué?

—No lo sé. En el 2011 la situación era otra porque el mensaje oficial engañó a la gente con que la crisis no existía; ahora, está ahí, las movilizaciones son más importantes. La cuestión es si nos hemos ganado el derecho para ver si esa lucha conjunta hombro con hombro va a ir a las urnas.

—¿Cuál es su principal problema en León?

—Tenemos que reforzarnos organizativamente para asentarnos en toda la provincia.

—¿Y el principal problema de la provincia?

—El caciquismo sempiterno de algunos especuladores y empresarios que piensan que esta provincia es suya; segundo, que los grandes partidos están a su servicio; y tercera, que somos una provincia en liquidación que para el bipartidismo no existimos. Si León desapareciese, en la Junta y en Moncloa ni se daría cuenta.

—¿Cómo explica a los demás representantes políticos que se dedica casi a día completo a la política y no vive de ello?

—Con mucha dificultad. Si algún compañero de otros partidos necesita un cursillo yo estoy dispuesto a explicárselo sin problemas.

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