UNA OBRA POLÉMICA
La declaración BIC retrasa el inicio de las obras de la plaza del Grano
Patrimonio traslada a Valladolid la duda sobre quién debe supervisar el proyecto.
La obra de la plaza del Grano se limitará por ahora al ensanchamiento de las aceras.
Ni en enero, ni en febrero, ni en marzo. Quizá en abril como muy pronto. El nuevo plazo en el que encuentra horizonte la obra de arreglo de la plaza del Grano. Un proyecto, marcado por la polémica que enfrentó a vecinos, equipo de gobierno del Ayuntamiento y grupos conservacionistas, que todavía espera su turno de revisión por parte de la Comisión Territorial de Patrimonio. El foro por el que no pasó esta semana, en el curso de la reunión mensual.
No se sabe si lo hará a finales del próximo mes, cuando toca él próximo encuentro de los expertos. Un interrogante que se abre por la decisión de la delegación territorial de consultar a la Dirección General de Patrimonio, dirigida por Enrique Sáiz, cómo afecta la petición del Ayuntamiento de León de que se declare Bien de Interés Cultural (BIC) la plaza. Un expediente que, si desde Valladolid se decide incoar, puede paralizar cualquier actuación, lo que dejaría fuera de juego por el momento a la Comisión Territorial de Patrimonio. Un nuevo impás para una intervención que se demora desde que hace dos años el consistorio hizo el concurso de ideas para la redacción del proyecto. La convocatoria en la que resultó premiada la idea de Ramón Cañas Aparicio, quien recibió 6.000 euros y el encargo de desarrollar los planos de reforma del ágora.
De aquellos dibujos sobrevive por ahora poco más que el ensanchamiento de las aceras y la intervención de urgencia en las zonas en las que hay calvas en el empedrado. La única fase que por el momento se ha atrevido el Ayuntamiento de León a llevar adelante, después de concentraciones para reclamar que los trabajos no afecten a la esencia de la plaza. Protestas y encuentros con los vecinos que terminaron por hacer que el equipo de gobierno tuviera que acotar la intervención, además de aceptar que el ensanche del de las aceras se quede tan sólo en 1,5 metros, en lugar de los 2 metros como mínimo que había planteados y que llegaban incluso a 4 metros en algunas zonas puntuales.
Para apagar el fuego, encendido sobre todo por las protestas que capitalizó Ecologistas en Acción, el equipo de gobierno apostó además por la petición de declaración BIC, a pesar de que todo el conjunto histórico de la ciudad antigua y la iglesia del Mercado ya tienen este nivel de protección. La propuesta sobre la que debe decidir ahora la Dirección General de Patrimonio, con el riesgo añadido de que toda intervención quede aparcada hasta que se resuelva el expediente.
La nueva traba se enmarca en un escenario en el que el Ayuntamiento de León sacó a concurso la obra e, incluso, la adjudicó a Decolesa y Domingo Cueto sin ni siquiera haber enviado la documentación a la Comisión Territorial de Patrimonio de la Junta. El registro en el que los planos no entraron hasta el mes de enero, pero en el que después tuvo que hacerse una variación para concretar los trabajos que se ejecutarían en concreto y la variación de la medida de las aceras pactada con los vecinos y grupos conservacionistas que se oponían al proyecto.
Una maraña administrativa con la que no había contado bien el equipo de gobierno. La tramitación que ahora deja la obra como pronto para abril. El mes en el que, justo el día 11, la señora del Mercado llena la plaza en la primera procesión de Semana Santa.