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EL DRAMA DE LOS DESAHUCIOS

El pecado de avalar a una hija

Stop Desahucios León se moviliza hoy para exigir la dación en pago de un chalé y evitar la ejecución del aval. «Que se queden con el chalé y dejen a mis padres en paz», afirma Flor Padierna, una mujer que quiere evitar que el banco ejecute el aval sobre su hipoteca, un apartamento de 50 metros cuadrados propiedad de sus progenitores.

Alfonso Padierna, Pilar Mota y Flor Padierna.

Publicado por
Ana Gaitero | León
León

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Stop Desahucios León reanuda sus acciones frente a los bancos. El colectivo se moviliza hoy a para exigir a Bankia que acepte la dación en pago para saldar la deuda hipotecaria de Flor Padierna Mota, la mitad de 190.000 euros (la otra mitad corresponde a su ex marido) y, sobre todo, para evitar que el banco ejecute el aval de su padre y su madre, un pequeño apartamento de 50 metros cuadrados.

Alfonso Padierna, de 77 años, y Pilar Mota, de 65, son avalistas de la hipoteca de más de 190.000 euros que firmaron hace siete años su hija y su ex yerno para adquirir un chalé adosado en la localidad de Cembranos. «Ahora el banco quiere quedarse con el chalé y con el apartamento de mis padres», explica la mujer.

En 2008 la crisis ya asomaba sus fauces pero los bancos y las cajas concedían préstamos hipotecarios por encima del valor de las viviendas para que sus clientes tuvieran liquidez para pagar los «gastos extra» de escrituras y notarías.

Flor Padierna está en paro y divorciada. «Como tenemos separación de bienes nos corresponde la mitad de la hipoteca a cada uno, pero como los avalistas son mis padres van a por ellos», agrega indignada por las llamadas telefónicas que han recibido su padre y madre del banco advirtiéndoles de la ejecución del aval.

«Hoy me llamaron para negociar y ofrecerme una catencia de 3 a 5 años, pero yo no tengo nada claro que en ese tiempo encuentre trabajo y, además, aunque yo pague, si mi ex marido no me garantizan que no vayan a por el aval. Quiero que dejen en paz a mis padres», recalca la mujer.

«Nos ofrecen un alquiler social. Me parece indignante que se quieran quedar con mi piso y me digan que puedo quedarme a vivir allí a cambio de 50 euros», se queja la madre, Pilar Mota. El matrimonio asegura que «ya bastante estamos haciendo acogiendo a nuestra hija en casa porque no tiene a dónde ir».

El chalé de Cembranos está vacío. La sentencia de divorcio establece que sólo puede ser la vivienda de uno de los dos sinoa cambio de una renta. «No tengo dinero para la hipoteca, como para pagar una renta», alega.

«No vivimos tranquilos»

Alfonso y Pilar afirman que esta situación ha trastocado su vida, no sólo por tener que dar techo y comida a su hija. «Ya no vive uno tranquilo, todos los días estamos pendiente de si nos llegará una carta o nos llamarán por teléfono», explica la esposa.

«Tengo que tomar pastillas para dormir y mi marido está tres veces operado y con Sintrom, nuestros otros dos hijos preocupados porque tampoco pueden hacer nada: están al paro», agrega. «Es la única casa que tenemos para vivir y es pequeña», insiste.

Tanto Alfonso como Pilar aseguran que «si sabemos que firmar como avalistas nos coloca en esta situación nunca lo hubiéramos hecho: tenemos una pensión de 700 euros y una no contributiva y la estamos manteniendo a ella», apuntan. «Y tampoco les hubiera pedido que firmaran», añade la deudora.

La figura del avalista no es nueva. Tampoco las responsabilidades que asume, pero creen que «nos lo tenían que haber advertido». La ley no obliga a informar de este tipo de detalles. La familia decidió acudir a Stop Desahucios León cuando se vio amenazada por la posibilidad de ejecución del aval. El chalé de Cembranos está a la venta por 100.000 euros, una cantidad muy inferior a su precio cuando lo compraron debido a la crisis, por lo que «no cubre el importe de la deuda», admite Flor Padierna Mota.

El colectivo ha decidido movilizarse hoy por este caso al considerar que «reúne todas las condiciones para que le otorguen la dación en pago y el banco se lo niega», afirma Mario Rodríguez, uno de los portavoces de la organización León.

Stop Desahucios ayudó el año pasado a 86 familias, en sus primeros doce meses de funcionamiento en León. La dación en pago es una de las salidas más demandadas para evitar un desahucio por impago hipotecario, pero no la única. La moratorias temporales y el alquiler social son otras de las salidas. Para estos avalistas piden que «se queden con el chalé y los dejen en paz».

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