ECONOMÍA
La Junta obligará a más de 3.600 bares y restaurantes de León a definir a qué se dedican
El Gobierno autonómico prepara un decreto con los requisitos específicos de cada tipo de negocio
Los algo más de 3.600 bares y restaurantes que desarrollan actualmente su actividad en la provincia de León están pendientes del decreto que prepara la Consejería de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León, y que establecerá los requisitos específicos que deberá cumplir cada uno de ellos en función de su especialización en materia gastronómica. De momento los representantes del sector esperan que las autoridades autonómicas les expliquen qué cambios supondrá esta nueva normativa, y confían en que los requisitos no se traduzcan en nuevas tasas o exigencias que dificulten la actividad de un tipo de negocios que sigue padeciendo los efectos de la crisis de consumo.
El presidente de la Asociación Provincial de Hostelería y Restauración, Pedro Llamas, señaló ayer que las patronales de la Comunidad han solicitado ya más información a la Consejería de Cultura y Turismo, pero que de momento desconocen los detalles de la medida anunciada por la responsable del área, Alicia García.
«Estamos pendientes de que nos expliquen en qué consiste el proyecto, y si afectará a los convenios provinciales, las condiciones salariales, las tasas o licencias administrativas,... De momento sólo podemos hablar de un anuncio», explicó Llamas. Una declaración de intenciones que también ha sorprendido a Ramón Benavides, presidente de la Asociación de Hosteleros del Barrio Húmedo, que aseguró ayer no tener información aún sobre el alcance de la medida.
Especializados
La Junta de Castilla y León desarrolla un Plan de Turismo Gastronómico que tiene como objetivo potenciar las bondades de los fogones autóctonos como una parte fundamental del atractivos turístico de la Comunidad.
Dentro del conjunto de medidas que se están desarrollando en este aspecto la consejera anunció que a lo largo de este mismo año aprobará un decreto que regulará la especialización a la que deberán acogerse los establecimientos de restauración de la autonomía. Una regulación que afecta tanto a los restaurantes como a los bares.
La normativa, según adelantó la consejera, pretende establecer una «regulación de mínimos» en un sector que se caracteriza por la «gran diversidad» de los establecimientos en los que se sirven comidas y bebidas.
García destacó que la regulación del sector se llevará a cabo dede la «mínima intervención y la máxima flexibilidad», pero los profesionales de la restauración permanecen atentos a cómo se materialice esta medida, y advierten de que sufren ya una presión impositiva y de exigencias de todo tipo que dificulta su actividad en un momento especialmente delicado para la viabilidad de los negocios.
Entre los pocos datos adelantados por la Junta de Castilla y León se recoge que habrá un nuevo régimen de acceso y ejercicio de la actividad de bares y restaurantes, sobre la base de «una declaración responsable por parte del titular de la actividad o la incorporación de un régimen de funcionamiento de los establecimientos de restauración».
El Plan de Turismo Gastronómico establece las pautas de especialización que permiten diferenciar en el mercado las «experiencias gastronómicas» singulares de cara a la oferta turística.