EL CRIMEN DE ISABEL CARRASCO
La jueza prepara un careo entre las tres detenidas para fijar el papel de Raquel Gago
Los abogados de la agente insisten en la prueba para demostrar que «no participó y es inocente». La policía y Triana deben aclarar si quedaron, de qué hablaron por el móvil y cómo se compró el . arma.
Para casar las piezas bailadas sobre el papel concreto que jugaron las tres implicadas en el crimen de Isabel Carrasco, la juez del juzgado de instrucción número 4 de León, Sonia González, prepara ya un careo en el que cruzar las declaraciones de Raquel Gago, Triana Martínez e incluso Montserrat González. La prueba se ajusta a la petición que ayer avanzaron que contemplan solicitar los abogados de la policía local, Fermín Guerrero y José Antonio Torregrosa, quienes insisten en la inocencia de su cliente y entienden que esta prueba puede servir para aclarar las contradicciones en las que incurrió la agente municipal en su declaración del pasado viernes, tras la que se determinó su ingreso en prisión.
El careo, que podría celebrarse hoy, servirá para que Triana y Montserrat enfrenten sus versiones con la de Raquel Gago, que insiste en que no tuvo ninguna participación en el crimen, puesto que «no conocía la preparación, ni tuvo ningún papel», ratificó ayer Torregrosa, tras entrevistarse por segundo día consecutivo con la agente, antes de poner el caso en manos de Fermín Guerrero. Pese a este asentimiento, la policía local deberá explicar en el cruce de declaraciones de qué hablaron en casa de la hija de la homicida confesa pasadas las 15.00 horas, cuando tomaron café, y sobre todo por qué se encontraba a escasos 250 metros del lugar del crimen, en el cruce de las calles Sampiro y Lucas de Tuy, en actitud de espera instantes después de los disparos, como atestiguó el agente de la ORA que conversaba con ella cuando apareció Triana Martínez, le dijo que dejaba una cosa en el coche, abrió la puerta trasera izquierda y se marchó con el anuncio de que iba a la frutería.
El cruce de intervenciones servirá además para que se concrete para qué Triana Martínez la llamó justo antes y después del crimen, cuando de acuerdo al registro de llamadas del móvil mantuvieron una conversación de 17 segundos, y cuál fue el contenido de la misma. La secuencia de hechos hace sospechar a la magistrada que la policía local podía estar enterada de los planes y ser parte crucial para guardar el arma: el revólver que mantiene que se encontró en el maletero del coche al ir a meter la bici la tarde siguiente, momento en el que acompañada de un amigo policía nacional acudió a la comisaría a entregarla. Más de 30 horas después del crimen, en las que no informó de su encuentro, a pesar de que conocía de sobra que Triana había sido detenida porque se lo comunicó uno de sus compañeros de la Policía Local nada más finalizar el arresto.
El cuestionario de preguntas que tendrán que resolver las tres mujeres frente a frente abordará la presunta mediación de Raquel Gago en la compra de las pistolas hace cerca de dos años a un toxicómano ya fallecido, en un bar Gijón. Los abogados de la agente insisten en que no tiene «ninguna conexión con el hampa asturiano» y que «en ningún momento les puso en contacto con nadie». «No sabe ni siquiera de qué le están hablando», concedió Torregrosa, quien remarcó también que «es absolutamente falso que las instruyera en el manejo de las armas». «No es una persona diestra en el tiro y diría incluso que ni le gustan», abundó el letrado, quien desmintió además que estuviera en un coche patrulla en la zona del crimen y participara en el operativo para acordonarla el lunes por la tarde, puesto que había tenido turno de mañana y nadie la llamó para que se personase a trabajar; un extremo que confirman desde la Policía Local.