El abogado de madre e hija sigue los mismos pasos que en el caso Arny

En la fórmula de defensa de García García no hay demasiado de novedoso, pero sus anteriores casos mediáticos han obtenido resultados positivos para sus intereses. El caso Arny, una trama de prostitución de menores que en 1995 llevó al banquillo de los acusados al presentador de televisión Jesús Vázquez, al cantante de Los Morancos, Jorge Cadaval y al showman Javier Gurruchaga, se saldó con la absolución de 32 de los 47 imputados. En aquella oportunidad, como en el caso de Isabel Carrasco, la actuación del actual letrado de Montserrat y Triana se inició con un incidente de nulidad, por el que se solicitaba la anulación de los testimonios de sus defendidos en sede policial. Consideraba que habían sido engañados por la Policía. La misma tesis sostiene ahora. Alega que antes de que llegara la letrada de oficio que asistió a sus clientas se les propuso un pacto para que confesaran. Desde la Comisaría de Policía Nacional de León se niega este extremo.

El artículo 238 de la Ley Orgánica del Poder Judicial establece que los actos procesales (como los interrogatorios) se pueden declarar nulos por seis motivos. La defensa de madre e hija se acoge al segundo, tercero y cuarto. Manifestaciones realizadas bajo intimidación, supresión de normas elementales que causan indefensión y la realización de pruebas en ausencia de abogado. Eso en lo que toca a la parte de los argumentos ya presentados ante la jueza instructora. De cara a la posibilidad de un proceso penal, concurre la opción señalada de restar valor al testimonio del policia nacional jubilado.