Un hombre firme y dialogante

«Hay gente que pretende organizar a los demás, y él nunca lo hizo, y esa es la grandeza del ser humano». El homenaje a Fermín Carnero (9 de mayo de 1938-9 de junio de 2013) sirvió no sólo para dar un repaso a su vida como político y sindicalistas sino también como esposo, padre, y «hombre polifacético» que se volcó con la cultura en el teatro y como pintor, «era un magnífico dibujante». Inició su andadura sindical en los primeros años de la Transición y desde 1976 a 1979 fue secretario general del Sindicato de Teléfonos de UGT León. Un cargo que dejó para acceder a la secretaría general provincial del sindicato, donde permaneció hasta 1997. Así, a partir de ese año se hizo cargo de la secretaria regional de la UGT. Carnero también fue senador del PSOE por León en la tercera legislatura, presidente de la Fundación 27 de Marzo y miembro de la Cofradía del Santo Padre Genarín. En el año 2002 fue reconocido con la Insignia de Oro de la Ciudad de León y en el 2007 su sindicato le hizo un homenaje en reconocimiento a los 30 años dedicados a la organización.

«Una persona dura, vehemente en la defensa de sus ideas, pero con un gran talante». «Firmeza, contundencia y dureza en las negociaciones, algo que debemos retomar, aunque se puedan llegar a acuerdos», aseguró ayer el secretario provincial de UGT, Manuel Mayo.

No faltaron las referencias a sus desencuentros con el PSOE «partido que nunca abandonó», recordó el secretario de la agrupación local, José Antonio Díez, «humanista que recreaba y amparaba cualquier movimiento cultural en León», recordó Adolfo Ares, «trabajador incansable», afirmaron sus compañeros, «fue uno de los pocos que se atrevió a dignificar el valor de las personas», recordaron desde Aerle, «polifacético artista», destacó de él el escultor Jesús Trapote, y «con un debate y diálogo sosegado, respetado por todos», recordó el alcalde de León, Emilio Gutiérrez, presente en el acto.

Pero la que logró arrancar las lágrimas de los presentes fue su hija Pilar, que dijo sentir «orgullo y serenidad». «Las personas van dentro», nos decía. Pilar aprovechó «que mi padre estará atento» para contarle anécdotas familiares sobre sus nietos.