Diario de León

REBELIÓN Y CRISIS EN EL PSOE

Una urna con 10.000 militantes

Óscar López negocia el nombramiento de la gestora, que quiere que presida el histórico Jesús Quijano, para controlar el proceso y asegurarse el poder

Jesús Quijano en una imagen en Valladolid en 2013

Jesús Quijano en una imagen en Valladolid en 2013

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ÁLVARO CABALLERO | LEÓN
León

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Tino Rodríguez cumplió 32 años el jueves, pero tuvo que esperar un día para recibir uno de los regalos. Se lo entregaron a última hora de la tarde del viernes, cuando la primera de las llamadas de teléfono desde Valladolid confirmó que Julio Villarrubia había caído víctima de 25 de los 48 miembros de su ejecutiva autonómica —la misma ejecutiva que le había diseñado hace dos años Óscar López— dentro de una confabulación en el que estaban implicados todos los secretarios provinciales salvo los de Palencia, Ávila y Soria. Nada mejor para el cumpleaños que la cabeza de uno de los únicos estorbos para la continuidad del líder del socialismo leonés, ahora que la dimisión de Rubalcaba amenazaba con convertirle en un daño colateral por la mera aplicación del principio de arrastre de las fichas del dominó.

Pero con la destitución de Villarrubia, Rodríguez mantiene el dique de protección en el que se encastilla Óscar López para encontrar un cobijo a su inminente desahucio de Ferraz, donde ha ejercido como número tres de Rubalcaba y sumado enemigos de los que ahora querrán cobrarse la pieza. Una caída en desgracia que atenúa al forzar al partido en Castilla y León a convocar un congreso extraordinario en coincidencia con el federal, los día 19 y 20 julio, antes de que la nueva dirección que salga en Madrid pueda maniobrar en su contra en la comunidad y dejarle fuera de todo. Una purga abortada al asumir de nuevo el poder autonómico y colocarse como interlocutor necesario para quien quiera contar con el apoyo del territorio para dirigir los designios de la formación en España.

Esta fue la necesidad que acabó con Villarrubia la tarde del viernes, después de que el político palentino intentara ganar tiempo con la convocatoria de un comité autonómico —el mayor órgano entre congresos— en el que guarecerse de los ataques de una ejecutiva desleal y esperar a que desde Ferraz se alumbrara un nuevo líder. No pudo ser.

Los cálculos de Óscar López cuentan incluso con que ahora debe ser él, como secretario de Organización federal, quien nombre a la gestora que conduzca el proceso de este poco más de un mes hasta la celebración del congreso extraordinario. Un grupo de control que quiere que presida el histórico Jesús Quijano, quien fuera secretario autonómico desde 1990 a 2000 y candidato fracasado a la Junta en dos ocasiones, y en el que León colocará al menos un miembro de perfil bajo pero de la absoluta confianza de Celestino Rodríguez.

Con este escenario, el PSOE autonómico anuncia su renovación; la catarsis que debe salir del congreso en el que estrenar la mecánica de ‘un militante, un voto’: unas urnas en las que habrá espacio para los casi 10.000 socialistas de la Comunidad, de los cuales 2.910 son de León. Son quienes deben definir qué significa renovar.

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