El comercio releva a la construcción en la quiebra de empresas

Los negocios relacionados con el pinchazo inmobiliario han protagonizado durante los años de la crisis la mayor parte de los concursos de acreedores que se han solicitado en la provincia, la mayor parte de ellos a petición del empresario, que se ve incapaz de hacer frente a sus deudas. Sin embargo, en los primeros meses de este año el comercio ha tomado el relevo en las insolvencias empresariales en la provincia. En parte porque el sector de la construcción ha realizado ya la mayor parte del ajuste posible, y por otro lado porque los negocios del comercio han aguantado meses a la espera del anunciado repunte del consumo, que para muchos de ellos llegará demasiado tarde.

Ya a finales del pasado año, pese a la anunciada mejora económica, el sector comercial de la provincia advertía de que muchos negocios no podrían sostenerse por más tiempo. Y adelantaban el cierre de tiendas que, después de aprovechar la campaña navideña, tirarían la toalla.

Los datos sobre concursos de acreedores en el primer trimestre de 2014 confirman esa tendencia. Muchos negocios han cerrado, pero nueve de ellos han utilizado la herramienta del concurso de acreedores para declarar su quiebra o negociar una suspensión de pagos. Son más de la mitad de las insolvencias declaradas en la provincia en esos tres meses, en total 17, una cifra muy similar a la del año pasado, y en la tónica de los peores inicios de año de la crisis. Después de que en el ejercicio pasado se registrase en la provincia el mayor número de concursos de la última década, con 58 empresarios que acudieron al juez para comunicarle que no pueden afrontar sus deudas.

Pequeños y antiguos

La mayor parte de las empressas que solicitaron concurso en los primeros meses de este año tenían menos de 20 trabajadores, y sólo dos tenían contratados a más de 50 empleados.

En un tercio de las sociedades concursadas el volumen de negocio era también reducido, por debajo de los 250.000 euros de facturación anual; sin embargo en seis de ellas la facturación superaba los dos millones de euros.

Un dato que llama la atención es que casi el 60% de esas sociedades que se declaran en lo que antes eran quiebras y suspensiones de pagos tenía una larga trayectoria en la actividad emprendedora de la provincia, ya que eran negocios con más de una década de vida. De hecho, cinco de las empresas quebradas acumulaban una trayectoria de más de cincuenta años.

Descenso

A nivel nacional, en el primer trimestre de este año se registró un descenso del 29% en el número de empresas concursadas respecto al mismo período del año anterior. Sin embargo, algo más del 8% de los concursos son de personas físicas.

Casi un tercio de las peticiones de concurso son de empresas que se encuentran en el tramo más bajo de volumen de negocio, menos de 250.000 euros de facturación.

Por lo que se refiere a los sectores en los que desempeñan su actividad, la mayor parte de las empresas que caen en la insolvencia siguen dedicándose a la construcción, concretamente una de cada cuatro. El comercio es el siguiente sector más afectado por las quiebras, con casi un 20% del total; y le siguen la industria y las actividades energéticas.

Y tres de cada cuatro empresas tiene menos de 20 empleados. Casi un 18% no tiene asalariados a su cargo.