No murió con el primer disparo y todavía tuvo tiempo de girar la cabeza

El informe de la autopsia revela que Isabel Carrasco no murió como consecuencia del primer disparo, el que le entró por la espalda a la altura de la vértebra dorsal y explica que el segundo tiro, el que entró por la mandíbula, se ejecutó con la víctima en posición genupectoral: «No estaba tendida totalmente en el suelo sino en una posición inmediatamente superior. Se trata de otra lesión mortal que une sus efectos a la ocasionada por el proyectil anterior».

La autopsia se inició tres horas después del fallecimiento de la presidenta de la Diputación. En ese corto lapso de tiempo, la cavidad torácica ya presentaba dos litros de sangre. Había un hematoma en el ventrículo derecho del corazón, fruto del efecto de uno de los disparos.

Caída lenta al suelo

«La persona que los realiza sólo ve cómo su víctima cae al suelo, no de forma brusca sino más o menos controlada y sin perder todavía el conocimiento», explica el informe de la autopsia. Refleja también que la trayectoria del primer disparo se justifica por el hecho de que la persona que realizó los disparos estaba a menor altura que la víctima.

Respecto a la anormalidad de algunas de las trayectorias, los dos médicos forenses que se encargan de realizar la autopsia tal y como exige la ley sostienen que es normal que a veces, por la diferencia de densidad de los tejidos y por la pérdida de velocidad de los proyectiles al paso por las diferentes masas corporales.

La hora de la muerte se sitúa en torno a las 17,25 horas debida a un shock hipovolémico. Deben aceptarse como causa inmediata de la muerte tanto la hemorragia que generó el primer proyectil como la destrucción de los centros nerviosos superiores del proyectil que se alojó junto a la nuca.

Dada la intensa pérdida de sangre, no se pudo recoger suficiente líquido sanguíneo en los vasos centrales.